La mayor posición que debe buscar un adorador
durante toda su vida, es la más grande, anhelada y edificante posición de la humildad
delante de Dios y de los hombres.
Humildad es el principio de la adoración genuina, por
que:
1 ) Nos hace concientes de nuestra posición de necesidad
en la que nos encontramos.
2) Nos lleva a buscar una relación de dependencia
absoluta de Dios
3) Nos ayuda a obedecer y a morir a nosotros mismos, al
YO, aunque a veces duela.
4) Nos lleva a darle gloria a Dios por todo lo que
edifica, forma y alcanza en nosotros y a través de nosotros.

