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De rodillas en Getsemaní: La Oración que Nos Conecta con Jesús

 

De rodillas en Getsemaní:

La Oración que Nos Conecta con Jesús

El nombre, el lugar y los eventos de Getsemaní están llenos de vivencias y significados en Jesús y para nosotros los creyentes.

La palabra Getsemaní proviene del arameo y significa literalmente "prensa de aceite" o "lagar para exprimir aceites".

El jardín de Getsemaní era un huerto de olivos en el Monte de los Olivos, donde se trituraban las aceitunas para extraer su aceite. El nombre, en sí mismo, nos empieza a proyectar los eventos de prueba que Jesús allí tendría que vivir y experimentar en su camino a cumplir la voluntad del buen Padre Dios.

El significado de Getsemaní directamente nos apunta al acto de ser aplastado para producir algo valioso. Así como las aceitunas deben ser prensadas bajo un peso inmenso para liberar el aceite más puro, Jesús fue aplastado por el peso del pecado, la soledad y la inmensa agonía que precedió a la cruz del calvario.

El lugar donde se aplastaban las aceitunas se convirtió en el lugar donde el Hijo de Dios fue aplastado emocional, mental y espiritualmente. El nombre simboliza perfectamente la agonía que Jesús sufrió para liberar en él el aceite, la "unción" espiritual y la redención para la humanidad, es decir para todos nostros.

Espiritualmente, Getsemaní representa mucho más que un jardín; es un lugar que simboliza los momentos más difíciles y trascendentales de la vida y la fe de los creyentes en Dios.

Getsemaní representa el lugar de la rendición total o absoluta. Simboliza la máxima rendición de la voluntad propia. Es el lugar donde la voluntad humana de Jesús se rindió a la voluntad divina del Padre hasta la sumisión plena, diciendo: "No se haga mi voluntad, sino la tuya".

Getsemaní representa lass batalla más intensa de la vida de todos los creyente. Es un símbolo de la lucha contra la tentación, el miedo y las fuerzas espirituales aún en medio de la soledad. Donde tu única compañía es la voz de Dios.

 Al derramar su sudor como gotas de sangre en este jardín, Jesús empieza recibir sus últimas clases del dolor humano. Getsemaní simboliza que nuestro sumo sacerdote entiende nuestra angustia, porque él mismo la experimentó.

Pero Getsemaní, no es un lugar de debilidad, Getsemaní es un recordatorio del poder de la oración. Jesús no oró para evitar el dolor, sino para recibir la fuerza para enfrentarlo. Allí Jesús confirma que la verdadera victoria no siempre se encuentra al evadir la prueba, sino al encontrar en Dios la capacidad de soportarla.

 

Introducción:

Voluntad contra voluntad, es una de las batallas más difíciles para cualquier ser humano. Y Jesús el Salvador, no fue la excepción.

Cuando hablamos de la imagen de un Jesús perfecto y todopoderoso. Es fácil glorificar a Jesús en la cruz, pero es en el jardín donde vemos a un hombre enfrentando la prueba más grande. En Getsemaní, Jesús no solo ora, sino que lucha. Es un momento de sudor, sangre, humanidad y profunda soledad. Al contemplar su miedo, podemos encontrar consuelo en nuestras propias luchas.

El enfoque de hoy es desde la vulnerabilidad de Jesús como hombre y ser humano en Getsemaní, lo cual nos permite ver a Cristo no solo como Dios, sino como nuestro sumo sacerdote que se compadece de nuestras debilidades.

 

Mateo 26:36-46: Jesús ora en Getsemaní

(Mr. 14.32-42Lc. 22.39-46)

36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. 38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo. 39 Yendo un poco adelante ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, se postró sobre su rostro como solía, orando y diciendo: Padre mío, Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como túsi quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. 40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. 42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. 43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño. 44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras, estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. 45 Entonces vino a sus discípulos y los halló durmiendo a causa de la tristeza;y les dijo: Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores. 46 Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega.

P) I. La Agonía del Alma: El Miedo y la Angustia

E) Este es el primer y más crudo aspecto de la humanidad de Jesús en el jardín. No es solo un poco de nerviosismo; es un tormento profundo, donde la humanidad de Jesús se manifiesta en la crudeza de la prueba y la dificultad.

I) Solo hay una cosa más difícil para el ser humano en la vida cuando está en medio del miedo y la angustia, es estar en medio de su miedo y angustia sumado a la soledad incluso en medio de los que dicen amarle.

C) Marcos 14:33-34: "Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Y les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí y velad."

Lucas 22:44: "Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra."

A) Jesús no fingió su dolor. Su agonía era real. Esto nos enseña que el miedo y la angustia no son una falta de fe, sino parte de la experiencia humana. Podemos llevar nuestras propias agonías a Dios porque muchas veces la compañía humana será indiferente o insuficiente.

 

P) II. La Búsqueda de Compañía: La Necesidad Humana de Apoyo

E) A pesar de su divinidad, Jesús buscó el apoyo de sus amigos más cercanos en su momento más oscuro.

I) Una carga entre dos es más llevadera

C) Mateo 26:37-38: "Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo."

A) La soledad puede ser aplastante. Jesús, el Hijo de Dios, no quiso enfrentar la prueba solo. Nos muestra la importancia de la comunidad y del compañerismo en los momentos de angustia. No tenemos que sufrir solos.

Proverbios 17:17 El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia.

 

P) III. La Rendición Voluntaria: El Temor al Propósito de Dios

E) Jesús conocía su misión, pero la magnitud del sufrimiento le hizo desear un camino diferente, si fuera posible. Jesús como hombre también consideró renunciar a su llamado, pero antepuso sobre sus deseos y temores, su voluntad de hacer la voluntad del Padre.

I) Todo niño pequeño hará berrinches a sus padres cuando sus padres no le permiten hacer lo que él quiere hacer. Pero sus padres saben por qué guían a sus hijos. Así es Dios Padre, que nos guía a un propósito mayor y eterno.

C) Marcos 14:35-36: "Yendo un poco adelante, se postró en tierra, y oró que, si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas te son posibles; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú."

A) Esta es la esencia de la humanidad de Jesús. Él sintió temor ante lo que venía, pero su confianza y obediencia al Padre prevalecieron sobre su miedo y angustia. Nos enseña a someter nuestras propias dudas y temores a la voluntad de Dios, sabiendo que Su plan es perfecto. Esto se llama confianza. Confiar como niños.

 

P) IV. La Fragilidad de la Carne: El Contraste entre el Espíritu y el Cuerpo

 

E) Jesús, en su gran sabiduría, entendió la debilidad inherente de nuestra naturaleza humana. Y enfrentó la prueba desde su humanidad, siendo tentado en todo, aún en la angustia, la duda y el temor.

I) Para el atleta que corre una carrera, su objetivo es llegar a la meta, pero entre más se acerca a ella, más lejos parece estar, pues las fuerzas ya no son las mismas que cuando empezó a correr en la mañana y tiene la tentación de detenerse. Así mismo el espíritu quiere avanzar, pero la carne parece hacerle desfallecer.

C) Mateo 26:40-41: "Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y les dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil."

A) Jesús no los condenó por su debilidad, sino que les dio una advertencia compasiva y se compadeció de ellos a tal punto, que terminó siendo él, el que les dio consuelo y los envió a dormir y a descansar, a pesar de que él mismo era el centro de la persecución y condena a muerte en la cruz del calvario en las horas que se aproximaban. Jesús reconoce que nuestros cuerpos se cansan, nuestras mentes se distraen y nuestra voluntad flaquea. Nos insta a la oración como el medio para fortalecer nuestra carne en estos momentos terribles de prueba y zozobra.

 

P) V. La Victoria Final: De la Agonía a la Aceptación

E) El resultado de la oración de Jesús no fue la anulación de la cruz, sino el fortalecimiento en él para enfrentar la prueba de la muerte en la crucifixión. Jesús no cambió lo que debía hacerse, sino que recobró la actitud para cumplir la voluntad y el propósito de Dios.

I) Dios no siempre cambia las cosas, muchas veces nos ayuda a cambiar nuestra actitud o incluso nos cambia a nosotros mismos en medio de las oraciones no contestadas a nuestra manera.

C) Lucas 22:43: "Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle."

Mateo 26:46: "Levantaos, vamos; he aquí, se acerca el que me entrega."

A) Jesús no salió del jardín con una cara de victoria, sino con la quietud, la paz, la tranquilidad y la firmeza que solo la oración verdadera puede dar. LA ORACIÓN NO SIEMPRE CAMBIA LAS CIRCUNSTANCIAS, PERO NOS CAMBIA A NOSOTROS, DÁNDONOS LA FORTALEZA PARA ENFRENTAR LO QUE VIENE.

Conclusión:

En Getsemaní, Jesús no nos mostró cómo evitar el dolor, sino cómo enfrentarlo con la oración, la confianza en el Padre y el apoyo de la comunidad. Su humanidad es nuestro consuelo; su victoria es nuestra esperanza, su actitud es nuestro mejor ejemplo a seguir.

A Getsemaní entramos a confirmar la voluntad del propósito de Dios. Getsemaní no es un lugar de negociación, sino un lugar de oración, de rendición, de renuncia, de reafirmar nuestra confianza.

En el Getsemaní, la voluntad se rinde, y cuando decimos "no mi voluntad, sino la tuya", florece la fuerza invencible de la obediencia y la confianza, aun cuando no entendemos.

La agonía de Jesús se hizo oración, y el jardín del tormento se transformó en un campo de victoria forjado en la fe y la confianza en Dios.

Jesús, confirmó que la luz del Padre no elimina la noche, sino que se enciende más brillante en medio de ella, guiando cada paso.

Getsemaní es el lugar donde el ruido y la crudeza de la prueba, son silenciados por la oración nuestra y la voz de nuestro Padre celestial.