La frase, proviene del Evangelio de Mateo, donde Jesús responde a los líderes religiosos que estaban molestos porque los niños lo alababan.
La cita exacta se encuentra en Mateo 21:16, donde Jesús nos dice:
"Sí; ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?"
Esta es una referencia directa al Salmo 8:2, que dice:
> "De la boca de los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, a causa de tus enemigos, para hacer callar al enemigo y al vengativo."
La palabra hebrea para "fortaleza" puede traducirse también como "alabanza" o "poder".
La razón por la que la Biblia dice que en los niños se perfeccionará la alabanza es por su sencillez, pureza y sinceridad.
Pureza de Corazón: La alabanza de los niños es genuina, sin agendas ocultas ni intelectualizaciones. No está contaminada por el orgullo, la hipocresía o la pretensión.
Humildad: Los niños alaban a Dios de forma natural, con una fe simple y una confianza total. Esta humildad contrasta fuertemente con la arrogancia y la incredulidad de los sacerdotes y fariseos, quienes criticaban a Jesús.
Testimonio Poderoso: Para Jesús, la alabanza de los niños era una evidencia de que Dios se manifestaba a través de los más pequeños y humildes. Era un testimonio tan puro que "perfeccionaba" la alabanza, es decir, la hacía completa, perfecta y poderosa, capaz de silenciar a los enemigos de Dios.
En esencia, Jesús usó este pasaje para enseñar que la verdadera alabanza no se basa en el conocimiento religioso o la posición social, sino en un corazón puro y sencillo, el tipo de fe que los niños ejemplifican de manera perfecta.
Al entender lo anteriormente mencionado, nos damos cuenta que tu y yo seamos niños, deja de ser una posibilidad para convertirse ahora una necesidad continua y permanente.