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La santidad de Dios y la creación 1/3

La santidad de Dios está intrínsecamente ligada a la creación, manifestándose de tres maneras principales:

1) La santidad de Dios como la razón de la creación

El atributo fundamental de la santidad de Dios es su "separación absoluta" de todo lo que no es Él, es decir, de su creación. La santidad significa que Dios es "completamente otro", distinto en naturaleza, perfección y pureza de todo lo que existe.

Isaías 6:3 nos da una de las visiones más impactantes de la santidad de Dios, donde los serafines claman: "Santo, santo, santo es Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria." Esta triple repetición de "santo" no solo resalta la pureza de Dios, sino también su majestad trascendente que llena todo.
En este sentido, la creación no es una parte de Dios, sino una obra que Él hace desde su infinita distancia y pureza. La creación existe porque Dios, en su santidad, quiso traer a la existencia algo que no era Él, reflejando así su gloria y poder.

2) La santidad de Dios reflejada en la creación

Aunque la creación no es tan santa como Dios, sí lleva el sello de su santidad en su origen y diseño. La perfección moral y la impecabilidad de Dios se reflejan en la bondad de Su obra.

Génesis 1:31 dice que "vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera." Esta declaración divina de "muy bueno" no se refiere solo a la utilidad o belleza, sino a una perfección intrínseca que reflejaba la naturaleza perfecta de su Creador.
El orden, la belleza y la armonía del universo son un eco de la santidad y el carácter de Dios. La perfección de la física, la química y la biología, hasta que el pecado entró en el mundo, era un testimonio de que un Dios perfecto no puede crear algo imperfecto.

3) La santidad de Dios manifestada en la redención de la creación

La entrada del pecado en el mundo corrompió la creación, introduciendo la imperfección, el sufrimiento y la muerte. Sin embargo, la santidad de Dios no puede tolerar esta corrupción para siempre.

 Levítico 11:44 establece el principio: "Porque yo soy Jehová vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo; así que no contaminéis vuestras personas con ningún animal que se arrastre sobre la tierra." La santidad de Dios es la base de su demanda de pureza en su pueblo.
La obra redentora de Cristo en la cruz es la máxima manifestación de la santidad de Dios. Dios es tan santo que no puede mirar el pecado, por lo que envió a Su Hijo para pagar el precio por nuestra iniquidad, para poder redimirnos a nosotros y, finalmente, a la creación misma de la maldición del pecado.

Romanos 8:21-22 habla de la redención futura: "Porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora." La restauración final de la creación a un estado perfecto y sin mancha es la culminación de la santidad de Dios manifestándose en su obra.

En resumen, la santidad de Dios es el fundamento, la cualidad que se refleja y la fuerza que finalmente redimirá toda la creación de su corrupción. 

12 consejos que me hubiera gustado recibir antes de apartarme de la iglesia

12 consejos que me hubiera gustado recibir antes de apartarme de la iglesia

Durante cada generación, los creyentes han enfrentado diversas batallas de vida para seguir a Jesús. Cada generación con sus particularidades y desafíos más propio de cada tiempo. Sin embargo, en la palabra de Dios, para cada una de estas generaciones, incluída la generación actual, la nuestra; hemos encontrado siempre las respuestas y fuerzas para superarlos.

1) Identidad y Propósito

a) Tu identidad en Cristo: Descubre quién eres en Cristo y cómo vivir según su verdad 
(2 Corintios 5:17). 
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
b) Viviendo con propósito eterno: Entiende que Dios tiene un plan especial para tu vida 
(Jeremías 29:11). 
Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

2) Fe y Desafíos

a) Cuando la fe es probada: Aprende a confiar en Dios en medio de las dificultades 
(Santiago 1:2-3). 
Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
b) Vence la ansiedad con fe: Descubre cómo la fe puede ayudarte a superar la ansiedad 
(Filipenses 4:6-7). 
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.

3) Relaciones y Comunidad

a) Amistades que edifican: Aprende a elegir amigos que te acerquen a Dios 
(Proverbios 13:20).
El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado.
b) Restaurando relaciones: Descubre cómo reconciliarte con otros y vivir en armonía 
(Romanos 12:18).
Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.

4) Pureza y Moralidad

a) Pureza en un mundo impuro: Aprende a vivir de acuerdo con los estándares de Dios en un mundo pecaminoso 
(1 Tesalonicenses 4:3-4).
pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor;
b) La importancia de la pureza sexual: Entiende por qué la pureza sexual es importante para Dios 
(2 Timoteo 2:22).
Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor.

5) Crecimiento Espiritual

a) Intimidad con Dios, no religión: Descubre cómo tener una relación genuina con Dios 
(Mateo 6:6).
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.

b) Dones espirituales: úsalos: Aprende a identificar y usar tus dones espirituales para servir a otros 
(1 Pedro 4:10).
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.

6) Desafíos y Tentaciones

a) Cómo vencer la tentación: Descubre estrategias bíblicas para vencer la tentación 
(1 Corintios 10:13).
 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.
b) Venciendo la depresión y el suicidio: Aprende a encontrar esperanza y ayuda en Dios en momentos de oscuridad 
(1 Pedro 5:7).
echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.

Espero que esta palabra te de la fuerza que necesitas hoy. Yo no conozco tus luchas, peo Dios que es Fiel y poderoso, sí las conoce porque te conoce a ti.

La santificación en toda su expresión

 La santificación es un estado de separación que asumen los creyentes guardandose así para Dios. Siendo Dios mismos el que hace esta obra. Juan 17:15--19 15No te ruego que los saques del mundo, sino que los guardes del maligno. 16Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17Santifícalos en la verdad; tu palabra es verdad. 18Como tú me enviaste al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19Y por ellos yo me santifico, para que ellos también sean santificados en la verdad. 

Los tres tipos de santificación que podemos ver en la Biblia son:

1) Santificación Posicional: Es una seoparación para siempre. Es darnos en una consagración eterna para nuestro Dios.

a) 1 Corintios 1:30 30 Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención;

b) Hebreos 10:10 10 En esa voluntad somos santificados mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo hecha una vez para siempre.

c) Hechos 13:39 39 y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.

d) Hebreos 10:14 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

2) Santifiación progresiva o experimental. Es dar crecimiento y desarrollo constante en nuestra relación con Dios para alacanzar el propósito que Dios tiene en nosotros como su Iglesia.:

a) 2 Pedro 3:18 18 Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén

b) Filipenses 1:6 6 estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;

c) 1 Pedro 1:15 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;

d) Hebreos 12:14 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.

e) Juan 17:17 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

3) Santificación completa o final: La glorificación así como Cristo fue glorificado.

a) 1Tesalonisenses 5:23 23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

b) Colosenses 1:27 27 a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

c) Colosenses 3:4 4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.

d) 1 Juan 3:2 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.


Las bondades de la ley y los peligros de la gracia.

 

16 El que aguarda el mandamiento guarda su alma; el que menosprecia sus caminos morirá.

Proverbios 19:16

Las bondades de la ley y los peligros de la gracia.

 

Romanos 6

¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado del pecado. Y si morimos con Cristo, creemos que también viviremos con él; sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. 10 Porque en cuanto murió, al pecado murió una vez por todas; mas en cuanto vive, para Dios vive. 11 Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.

12 No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; 13 ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. 14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Siervos de la justicia

15 ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. 16 ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? 17 Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; 18 y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. 19 Hablo como humano, por vuestra humana debilidad; que así como para iniquidad presentasteis vuestros miembros para servir a la inmundicia y a la iniquidad, así ahora para santificación presentad vuestros miembros para servir a la justicia.

20 Porque cuando erais esclavos del pecado, erais libres acerca de la justicia. 21 ¿Pero qué fruto teníais de aquellas cosas de las cuales ahora os avergonzáis? Porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna. 23 Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.

Gálatas 5:13-23

13 Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones. Más bien sírvanse unos a otros con amor. 14 En efecto, toda la Ley se resume en un solo mandamiento: «Ama a tu prójimo como a ti mismo».[b] 15 Pero si siguen mordiéndose y devorándose, tengan cuidado, no sea que acaben por destruirse unos a otros.

La vida por el Espíritu

16 Así que les digo: vivan por el Espíritu y no sigan los deseos de la carne; 17 porque esta desea lo que es contrario al Espíritu y a su vez el Espíritu desea lo que es contrario a ella. Los dos se oponen entre sí, de modo que ustedes no pueden hacer lo que quieren. 18 Pero si los guía el Espíritu, no están bajo la Ley.

19 Las obras de la carne se conocen bien: inmoralidad sexual, impureza y libertinaje; 20 idolatría y hechicería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, desacuerdos, sectarismos 21 y envidia; borracheras, orgías y otras cosas parecidas. Les advierto ahora, como antes lo hice, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. 24 Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 25 Si el Espíritu nos da vida, andemos guiados por el Espíritu. 26 No dejemos que la vanidad nos lleve a provocarnos y a envidiarnos unos a otros.

Como creyentes podemos llegar a malentender y a mal usar la buena intención de la ley y por otra parte, abusar de la bendición y beneficios de la gracia, ambas acercadas por Dios, precisamente para bendición de nosotros los hombres. Una como límite y la otra como escapatoria, cuando ese límite fue transgredido.Texto

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La ley nos cuida. Nos instruye. Nos orienta. Nos muestra los límites. Nos orienta por el camino. Aunque en nuestra humanidad, es imposible de cumplir por nosotros mismos, la ley nos pone unos límites para cuidarnos a nosotros mismos y a los demás, también. Entendido de esta manera, la ley es buena para la vida del hombre. La parte que no es tan buena es que el hombre ha evidenciado a través de los siglos, que no puede cumplirla completamente por su propia condición caída y más aún, cuanto más alejado de Dios está, mayor lejanía muestra de andar dentro de los límites que el camino de la ley nos instruye a caminar.

Ahí es cuando entra Jesús en acción, con la obra de amor demostrada en la cruz del calvario. Y de esta manera, nos acerca su preciosa gracia.

La gracia, nos da oxígeno, cuando el tanque está vacío mientras estamos en el fondo. La gracia, de forma inmerecida, hace efectivo en Cristo Jesús, aquello que nosotros no podemos lograr, por nuestras buenas intenciones, esfuerzos, conocimiento, poder o dinero. La gracia es ese regalo que no podíamos tener por nosotros mismos, pero que fue acercada por Jesús, a través de la cruz del calvario.

 

La gracia nos cobija, pero si estamos dentro de ella, y para estar dentro de la gracia, es necesario que esté implícita la ley, pues ¿Si no damos valor a la ley, de qué manera sería necesaria la gracia? Pues no sería necesaria la gracia sino hay ley. Una cosa (Gracia) no quita la otra (Ley) Y muestra de ello, es lo qué Jesús dijo en Mateo 5:17 No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. 18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. 19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, este será llamado grande en el reino de los cielos. 20 Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

 

Sin embargo, la gracia muchas veces se ha malentendido, de tal manera, que la libertad que en Cristo Jesús recibimos por gracia, muchos la han convertido en libertinaje. Quebrantando la ley a costa de la gracia, dando rienda suelta a su libertad recibida en la gracia, para sin reparo caminar, como  si no existiera la ley, llegando al libertinaje que Dios mismo desaprueba y por el cual nos acercó la gracia en Cristo Jesús con su obra redentora en la cruz del calvario.

Suelo usar una frase que trata de marcar un equilibrio entre la ley y la gracia, que dice así: “Que una familia amiga te invite a almorzar, no quiere decir que te comas todo su mercado del mes” , parecida a otra frase mucho más popular que dice “Nos dan un dedo de gracia y nos comemos toda la mano sin misericordia por simple libertinaje”

Lo interesante de esto, es que Jesús, momentos antes, nos acaba de hablar de las Bienaventuranzas, lo que implica el amor, sí o sí.  Y cuando existe el amor, es más fácil cumplir el mandato de la ley, esto por nuestro amor a Dios primeramente y en segunda instancia por el amor a nuestro prójimo.

A)    ¿Qué es la ley?

A nivel legal es la Regla o norma establecida por una autoridad superior para regular, de acuerdo con la justicia, algún aspecto de las relaciones sociales para así mantener el orden, dando equilibrio a los derechos con los deberes. Siempre que una parte transgrede la una ley, hay otra parte que es perjudicada.

1)      Leyes naturales emanan de la naturaleza y rigen todos los espacios de la creación, son irrevocables, eternas e invariables. No fueron creadas por el hombre por lo que no responden a la voluntad de las personas. Por ejemplo: la Ley de la Gravedad.

 

2)      Leyes Positivas establecidas por la autoridad competente de un territorio para garantizar el orden en una sociedad, deben ser cumplidas por todos los ciudadanos y no pueden ir en contra de las leyes naturales.

 

1-1  Según el modo: Permisivas y Prohibitivas

1-2  Según el rango: Orgánicas, ordinarias y constitucionales.

1-3  Según el origen: Formales y materiales.

1-4  Según el ámbito donde aplican: Federales y locales.

Características de las leyes

Obligatorias. Deben ser respetadas y cumplidas por todos los ciudadanos que estén en el territorio en el que rijan esas leyes, incluso, cuando estas vayan en contra de la voluntad del individuo. El no conocimiento de la ley no es excusa para su no cumplimiento.

Impersonales. Son creadas para ser aplicadas a un grupo indeterminado de sujetos y no a una sola persona.

Abstractas. Se aplican en todos los casos, lo que implica un número de casos no establecidos ni particularizados.

Permanentes. Son formuladas con carácter indefinido y permanente, solo dejan de tener vigencia cuando son subrogadas, abrogadas o derogadas a partir de leyes posteriores.

Irretroactivas. Regulan hechos que se desarrollan luego de su sanción por lo que no rigen sobre conductas anteriores a su aparición.

Generales. Son aplicables a todos los individuos, sin excepciones.

Coercitivas. Su no cumplimiento implica la imposición de una pena o castigo.

Vemos cómo el hombre trata desde su propio conocimiento de ir estableciendo leyes, normas, y se ve en la necesidad de clasificarlas, porque cada vez se hacen más inmanejables y al mismo tiempo contradictorias. Muchas leyes hoy en día están llegando al punto de inhabilitar en su aplicación muchas otras leyes naturales. Esto es porque cada vez se trata de evitar más la ley divina y la ley natural para dar rienda suelta a sus propias pasiones e intereses desordenados; pues recordemos lo que nos dijo Pablo en el capítulo 5 de Gálatas Les hablo así, hermanos, porque ustedes han sido llamados a ser libres; pero no se valgan de esa libertad para dar rienda suelta a sus pasiones.(Libertinaje)

Otra muestra importante, de la contrariedad de las leyes humanas actualmente, es donde se imponen intereses de minorías por encima de las intereses de las mayorías, y muestra de ello son las ideologías y demás planteamientos que a diario escuchamos y vemos, las cuales bajo la falsa bandera de la inclusión,  cada vez crean leyes que excluyen más y más a las personas en general y se alejan más de la palabra y las instrucciones que Dios, como Creador, nos ha dejado desde el principio, y que como seres humanos, desde nuestro interior no podríamos negar, solo que el hombre, en especial de este tiempo, le dan más importancia al cómo me siento, que a lo que soy, y si es necesario distorsionar lo que soy para dar mayor lugar a cómo me siento, pues entonces se renuncia incluso a la razón, a la lógica y a la biología. Alejándonos esto de la instrucción, saltándonos la baranda que nos cubre del vacío y cayendo así en el fango ensuciador llamado pecado.

En el antiguo testamento, vemos principalmente la Ley de Talión, ojo por ojo diente por diente. Y las leyes que encontramos en la Biblia podemos definirlas en APODÍCTICAS y CASUÍSTICAS

Hay dos grandes tipos de leyes. Las primeras son las leyes «apodícticas», que definen sencillamente lo que la gente debe o no debe hacer. Los mejores ejemplos de esto son los Diez Mandamientos (Dt 5:6-21). El segundo tipo corresponde a las leyes «casuísticas». Éstas no comunican «haz esto» o «no hagas aquello», sino que describen casos hipotéticos y aconsejan cómo manejarlos. A partir de ellos, los lectores pueden derivar principios aplicables en otros escenarios. Es importante que notemos esto porque las leyes casuísticas no son exhaustivas. No exploran todas las posibles situaciones alternativas que las personas pueden encontrarse. Son ejemplos presentados de manera simple. Es fácil pensar que las leyes casuísticas son simplistas, injustas, o que contienen numerosas lagunas, pero eso es tratarlas como leyes apodícticas o malinterpretarlas como si fuesen exhaustivas. La naturaleza hipotética de ellas implica también que es invaluable entender la cultura antigua que proveyó el contexto de dichas leyes. Sin ese contexto, puede ser fácil malinterpretar la intención de ellas.

Comparemos algunas leyes del antiguo testamento, que en términos generales aplicaban la ley del Talión (Igual o idéntico), Hamurabi quien fue el sexto Rey de Babilonia según la historia, fue considerado el que hizo anotar en tablas.

La ley del Talión, no solo exigía un castigo idéntico por el daño hecho, sino, que al mismo tiempo marcaba un equilibrio, para que la retribución, venganza o castigo del pecado cometido, no pasara el límite entrando en injusticia al dar un castigo mayor de lo necesario. Esto no solo nos hablaba de justicia humana al equilibrar el castigo, sino también de un intento de gracia por parte de los hombres para que no se pasara injustamente del castigo merecido.

Éxodo 21:24 ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,

Levítico 24:19-22 ``Si un hombre hiere a su prójimo, según hizo, así se le hará: fractura por fractura, ojo por ojo, diente por diente; según la lesión que haya hecho a otro, así se le hará. ``El que mate un animal, lo restituirá, pero el que mate a un hombre, ha de morir.

Levítico 24:17 ``Si un hombre quita la vida a cualquier ser humano, ciertamente ha de morir.

Deuteronomio 19:21 Y no tendrás piedad: vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

En cambio, cuando vamos a leer al nuevo testamento, encontramos

Romanos 12:17-19 Nunca paguéis a nadie mal por mal. Respetad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto de vosotros dependa, estad en paz con todos los hombres. Amados, nunca os venguéis vosotros mismos, sino dad lugar a la ira {de Dios,} porque escrito está: MIA ES LA VENGANZA, YO PAGARE, dice el Señor.

Lucas 6:27-29 »Pero yo les digo a ustedes que me escuchan, amen a sus enemigos. Hagan el bien a los que los odian. 28 Bendigan a los que los maldicen y oren por los que los maltratan. 29 Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra. 

Recordemos que la ley, al ser de aplicación general y justa, el pecado que nosotros cobrábamos al otro, nos hacía participes del castigo por nuestro propio pecado cometido hacia los demás, esto incluye nuestro pecado y transgresión hacia la ley de Dios.

 

B)    ¿Qué es la gracia? (Benevolencia gratuita)

En teología cristiana se entiende por gracia divina o gracia santificante un favor o don gratuito concedido por Dios para ayudar al hombre a cumplir los mandamientos, salvarse o ser santo, como también se entiende el acto de amor unilateral e inmerecido por el que Dios llama continuamente las almas hacia sí.

 

Según la biblia la gracia es un don de nuestro Padre Celestial otorgado a través de Su Hijo, Jesucristo. La palabra gracia, según se usa en las Escrituras, se refiere principalmente al poder habilitador y a la sanación espiritual ofrecidos por medio de la misericordia y del amor de Jesucristo.

 

 

Gracia y misericordia: Diferencias y complementos:

Gracia: Regalo gratuito sin merecerlo.  Misericordia: No recibir el castigo merecido.

 

Cristo no vino a abolir la ley si no a cumplirla Mateo 5:17

 

Ley mosaica? Pentateuco?

 

16 El que aguarda el mandamiento guarda su alma; el que menosprecia sus caminos morirá. Proverbios 19:16

Ley- Es el camino recto- La sabiduría- Palabra- Instrucción

 

Romanos14:12

De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

 En estos últimos tiempos que estamos viviendo, es de vital y eternal importancia, y tomar como principio de vida el hecho de que debemos entender como creyentes , que no basta con ser poseedores de las lámparas, pues esto no garantiza nuestro acceso a las bodas del Cordero, es decir, en cuanto a las 10 vírgenes, no eran las que tuvieran lámparas las que podrían irse con el novio., sino que era las que tuvieran aceite en dichas lámparas.

 

Proverbios 1:8

Escucha hijo mío la instrucción de tu padre y no abandones la enseñanza de tu madre, porque adorno de gracia serán a tu cabeza y collares a tu cuello.

 

1 de Juan 2:15-29

15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.

El anticristo

18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros. 20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas. 21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad. 22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre. 24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.

26 Os he escrito esto sobre los que os engañan. 27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.

28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos alejemos de él avergonzados. 29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.

 

Es mejor ser aprobado por Dios, antes que ser usado.

Lo primero, trae como resultado lo segundo. Lo segundo, no garantiza lo primero.

 

 

Santidad en todos

En las congregaciones, santo tiene que ser todo aquel que enseñe la palabra, y el que la escucha también. Y esa santidad viene de Cristo y no de nosotros, por eso somos iglesia.

Bajemos la Santidad del altar

 

BAJEMOS LA SANTIDAD DEL ALTAR



Como servidores desde el liderazgo en nuestras congregaciones, son muchas las veces que hemos visto cómo acusan a los miembros de nuestros equipos, diciendo que están en malos comportamientos, por no decir que en pecado. Y aunque sabemos que muchas veces ha llegado a pasar, son más las veces que se hacen estas acusaciones, más por especulación malintencionada y falta de amor, que porque realmente sea así.

Es muy común escuchar decir que los servidores del altar, tanto pastores, como ministros de alabanza, evangelistas y demás miembros que de alguna manera pública ejercemos un servicio en nuestras congregaciones, debemos guardar nuestros testimonios y evidenciar la santidad de Dios en nuestras vidas. Sin embargo, aunque esto es muy cierto, dicho de esta manera, es solo una verdad a medias, pues se está concentrando un deber cristiano, solamente en aquellos que servimos de manera pública en nuestras congregaciones.

Lo que quiero decir con esto, es que se omite la parte, en que todos los que decimos amar a Cristo, y ser seguidores de él, debemos ser santos, sin excepción, pues más allá de nuestras funciones y servicio dentro del cuerpo de Cristo, somos ese cuerpo, es decir, somos la iglesia, la cual está llamada a ser santa, sin excepción. No importa, si solo vienes a recibir la palabra de Dios, sentado en una silla, y quizás nadie en la congregación sabe de ti; tu llamado, es también ser santo.

BAJEMOS LA SANTIDAD DEL ALTAR, pues la santidad no es una condición, estado o actitud que deben guardar solamente los que usan un micrófono en el altar, o los que tocan algún instrumento musical; pues si tú eres el que lleva un vaso de agua, debes ser santo; si tú eres el que acomoda las sillas antes y después de cada servicio, debes ser santo; si tú eres el encargado de abrir la puerta de la iglesia, debes ser santo. Porque la santidad para nuestro Dios, no se condiciona a que estés prestando un servicio o ministerio en la iglesia, sino que es un estado inherente e innegociable del creyente que ha sido santificado por la sangre de Jesucristo, del cual somos su cuerpo e iglesia.

Tal como dice el libro de 2 de Timoteo 1:9-10

Dios, quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, 10 pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio,

Ahora miremos: ¿Qué es la santidad en la Biblia?

En el antiguo testamento, el hebreo Kadosh (Santo) significa, estar separado de lo secular o profano, para dedicarse así, al servicio para Dios. El pueblo de Israel, era considerado santo, pues había sido, separado por Dios y para Dios.

Para nuestros tiempos, con la llegada de Jesús como hombre a la tierra, esta separación, ya no se limita al pueblo de Israel como nación, sino que se extiende a toda aquella humanidad, de diferentes lenguas, tribus, pueblos y naciones. Lo que, en su tiempo, se llamaba pueblo gentil, y que conoceríamos más tarde como el Israel espiritual. Lo cual leemos, en Romanos 11, acerca de la salvación de los gentiles, que fuimos injertados en el buen olivo, a pesar de que nosotros éramos olivos silvestres.

 

La santidad es el don de Dios que colma todas las aspiraciones humanas; es la plenitud de la vida cristiana que consiste en unirse a Cristo, aprendiendo a vivir como hijos de Dios con la gracia del Espíritu Santo y viviendo la perfección de la caridad.

 

Ahora, entonces ¿Qué es estar en santidad?

La santidad, entonces, es aprender a tener en la vida cotidiana la misma vida de Cristo que se ha recibido ya en el bautismo y debe ser desarrollada a lo largo del día, de la vida. Es decir, somos separados por él y para él, morimos a nosotros mismos, para que él sea en nosotros, y su santidad sea en nosotros,  santificándonos y perfeccionándonos cada día, en nuestro diario vivir en él, haciéndonos cada vez más, a su imagen y semejanza, acercándonos de esta manera, para que seamos un varón perfecto, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, según nos enseña Pablo en el libro de los Efesios capítulo 4:13

 

Jesús en Mateo 5:48 nos instruye y ordena:  

 

48 Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.




 

Esto lo podemos leer en el sermón del monte, el cual es la parte central de lo que es una vida plena del cristiano, pues entre el capítulo 5 y 7 del libro de Mateo, podemos encontrar, todo aquello a lo que Dios nos llama a caminar en nuestras vidas.

 

Y  1 de Pedro 1:13-21 nos dice:

 

13 Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado; 14 como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. 17 Y si invocáis por Padre a aquel que sin acepción de personas juzga según la obra de cada uno, conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación; 18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, 19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, 20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros, 21 y mediante el cual creéis en Dios, quien le resucitó de los muertos y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sean en Dios.

 

Te voy a contar la siguiente historia que sucedió en cualquier iglesia, y aún sigue sucediendo, y mientras la iglesia de Cristo se conforme de seres humanos, de seguro no dejará de suceder:

 

NO ME PARECE:

El hermano José Perfectín de la Acusación, miembro de una iglesia de cualquier lugar, se acerca muy molesto e indignado a su pastor, recriminándole porque a su parecer el pastor no estaba orando lo suficiente y se evidenciaba en su forma de hablar.

El pastor le respondió

-No me parece

Este hermano, desconcertado por la respuesta de su pastor, le continúa diciendo que como pastor se veía negligencia en su estudio de la palabra de Dios, pues sus mensajes eran repetitivos y le hacía falta "unción fresca".

El pastor de nuevo le responde:

-No me parece.

El hermano más que desconcertado, un poco inquieto, agrega que, como pastor, evidencia falta de humildad al no escuchar con actitud de cambio su exigencia.

El pastor, sin perder su apacibilidad, le dice:

-No me parece.

Notablemente molesto, el hermano, le recrimina levantando su voz:

¡Usted es un pastor tan soberbio! A todo lo que le digo solo puede responder "¡No me parece!"

El pastor con una sonrisa de amor, le dice:

-No me parece... Te digo que no me parece, porque tú estás hablando desde lo que crees conocer de mí, sin embargo, nuestro Dios, sabe que yo soy mucho peor de lo que tú dices que soy. No me parece suficiente lo poco que dices de mí, pues a mí me parece y sé con plena seguridad, que necesito mucho de Dios. Necesito de Dios, muchísimo más de lo que a ti te parece...

Nuestra santidad, depende de Dios y la recibimos por gracia, no está en nuestro propio bolsillo, sino que es un bien recibido por gracia, del cual somos beneficiados y favorecidos. Dice el libro de Efesios 2:8-10

Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

 

TODOS NECESITAMOS DE DIOS, MUCHÍSIMO MÁS DE LO QUE ESTAMOS DISPUESTOS O CONCIENTES DE RECONOCER.

 

 

“Al pecado hoy en día le llaman demonio. Por eso la gente cree que necesita liberación y no arrepentimiento”. Jhon McArthur

“Solamente el evangelio pervertido promete salvación sin santificación”. Paul Washer.

Dios no viene solamente por el pastor, no viene solamente por el ministro de alabanza. Dios no viene solamente por el evangelista o por el misionero. Dios viene por su iglesia, iglesia pura, Santa y sin mancha. Una iglesia limpia de manos y pura de corazón y eso incluye a todo el que sirve activamente en una congregación y también, al que decidió ser iglesia desde una silla, en la quietud de la inactividad. Aunque hay contradicción en ello, pues la iglesia no puede estar dormida. Lo que quiero decirte, es que Dios llama a la santificación activa y permanente a todo su pueblo escogido.

Y no solo la fornicación y el adulterio son pecado, pues el chisme también es pecado, la calumnia también es pecado, la hipocresía también es pecado. El acusador es Satanás, si tu eres acusador, tu padre no es Dios, tu padre es el Diablo.

Atención a lo que leemos en el libro a los Hebreos 12:12

Los que rechazan la gracia de Dios

12 Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; 13 y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados; 16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. 17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.

18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad, 19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más, 20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo; 21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando; 22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, 23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, 24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.

25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos. 26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo. 27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles. 28 Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; 29 porque nuestro Dios es fuego consumidor.

Leamos el Salmo 24:3-6

¿Quién subirá al monte de Jehová?

¿Y quién estará en su lugar santo?

El limpio de manos y puro de corazón;

El que no ha elevado su alma a cosas vanas,

Ni jurado con engaño.

Él recibirá bendición de Jehová,

Y justicia del Dios de salvación.

Tal es la generación de los que le buscan,

De los que buscan tu rostro, oh, Dios de Jacob.

 

Y para terminar, quiero que leamos Efesios 2:1-18

 

Salvos por gracia

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. 10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Reconciliación por medio de la cruz

11 Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12 En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13 Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14 Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17 Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18 porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.

Es decir, Dios nos ha apartado del pecado  para no apartarnos de él, esto a través de Jesucristo.

Nos dice el libro de Hebreos 10:12-31

 12 pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; 14 porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. 15 Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho:

16 Este es el pacto que haré con ellos

Después de aquellos días, dice el Señor:

Pondré mis leyes en sus corazones,

Y en sus mentes las escribiré,

17 añade:

Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.

18 Pues donde hay remisión de estos, no hay más ofrenda por el pecado.

19 Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, 20 por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne, 21 y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, 22 acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. 23 Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. 24 Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 25 no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

Advertencia al que peca deliberadamente

26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!

En conclusión, BAJEMOS LA SANTIDAD DEL ALTAR Y LLEVEMOSLA A TODO ACTO, PENSAMIENTO Y PALABRA QUE NOS ACOMPAÑE DONDE QUIERA QUE ESTEMOS, EN TODO TIEMPO Y EN TODO LUGAR, PUES ESTA ES LA SANTIDAD A LA QUE DIOS NOS ESTÁ LLAMANDO.