CUANDO LOS EXPERTOS SE EQUIVOCAN
(Es necesario el respaldo de Dios en todo lo
que hacemos, aún en aquello en lo que pensamos que no necesitamos de su ayuda)
No con ejército, ni con fuerza, sino
con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos.
Zacarías 4:6
En todas las áreas existen personas
especializadas en sus profesiones, pero ¿Qué pasa cuando los expertos se
equivocan?
El fabricante del Titanic estaba tan
convencido de su conocimiento, estudio y habilidad y recursos, que aseguraba
que su barco no se hundiría, y pues es lógico que como fabricante tuviera esa
convicción, pues nadie fabrica un barco para que se hunda o naufrague, sino
para que prevalezca sobre las aguas. Todo experto debe dar las garantías de su
producto. Pero su orgullo le jugó una mala pasada.
Sin embargo, a través de este mensaje, quiero
hacer notar que no es malo el conocimiento, las habilidades y logros obtenidos
con nuestra propia fuerza, talentos, capacidades, estudio o investigación; el
detalle radica, cuando ponemos nuestras propias fuerzas y capacidades por
encima de lo que Dios puede hacer, aún sin usar aquello en lo que nosotros nos
consideramos buenos. Para el ser humano, siempre será muy peligroso el querer
robarse la gloria que solo le pertenece a Dios.
Y es que, así como en nuestros días, muchos
expertos se equivocan en sus propios campos de dominio, podemos entender que, en
la palabra de Dios, hubo muchos otros expertos que también se equivocaron.
a) Por ejemplo, cuando Pablo, siendo prisionero,
le fue necesario ser transportado a Roma en barco 10 Les dijo a los
oficiales del barco: «Señores, creo que tendremos problemas más adelante si
seguimos avanzando: tendremos naufragio, pérdida de la carga y también riesgo
para nuestras vidas»; 11 pero el oficial a cargo de
los prisioneros les hizo más caso al capitán y al dueño del barco que a Pablo.
Esto lo puedes leer en el libro de los Hechos
27.
b) Satanás quien es un experto homicida desde el
principio, según leemos en el evangelio de Juan 8:44, pensó que había
vencido por fin al Cordero de Dios, cuando lo vio morir en la cruz del calvario,
pero se equivocó; pues la muerte del Cordero en la cruz del calvario es la
derrota definitiva para Satanás y toda fuerza del mal. El eclipse de
crucifixión, también conocido como la oscuridad de la crucifixión o la
tiniebla de la crucifixión, es un episodio descrito en tres de los evangelios
canónicos en los que el cielo se oscurece durante el día en el momento de la
crucifixión de Jesús.
Al mediodía, la tierra se llenó de oscuridad
hasta las tres de la tarde. A eso de las tres de la tarde, Jesús clamó en voz
fuerte: «Eli, Eli, ¿lema sabactani?», que significa «Dios mío, Dios mío, ¿por
qué me has abandonado?».
Mateo 27:45
c)
Por parte de los
expertos de la fe y la religión del tiempo de Jesús, los fariseos, saduceos y
escribas, quienes eran grandes estudiantes e investigadores de la palabra, no
acertaron en entender que Jesucristo es el Hijo de Dios, el rey prometido. Los
fariseos no acertaron en entender que Jesucristo es el Hijo de Dios, en Juan
9:41 Jesús les respondió: «Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado;
pero ahora, como dicen que ven, su pecado permanece. Los fariseos creían estar
iluminados en el conocimiento, pero andaban en oscuridad por que no habían
tenido en cuenta a Dios. Mucho conocimiento de Dios, pero sin tener en cuanta a
Dios.
d) El carcelero en Filipos, daba garantía con su
propia vida, de que los prisioneros no escaparían, pero se equivocó pues las puertas
fueron abiertas, pero no por ejércitos ni armas, sino por el poder de Dios que
se movía en medio de la adoración de Pablo y Silas en la cárcel. Esto trajo mucho
más que la liberación de los presos en la cárcel, pues trajo liberación para
los presos en el espíritu, como por ejemplo el propio carcelero y su familia,
quienes creyeron en Dios.
Sin embargo,
a pesar de estas importantes historias que evidenciaron equivocaciones de los
expertos, quiero que hoy profundicemos en una historia, donde el líder de un
ejército toma decisiones que parecen contrarias a lo que un experimentado
militar haría.
Esto lo
leemos en Jueces capítulo 7
Gedeón derrota a los madianitas
7 Levantándose, pues, de mañana
Jerobaal (El que combate contra Baal=señor o amo), el cual es Gedeón, y todo el
pueblo que estaba con él, acamparon junto a la fuente de Harod («terror». Fuente cerca de
Jezreel, en el valle situado entre el pequeño Hermón y el monte de Gilboa (Jue.
7:1; 2 S. 23:25). Hoy se llama Aín Jalud, al norte de la actual Israel. Este es
el mismo lugar, donde los Mongoles vieron por primera vez una derrota
importante, la cual fue del puño y pulso de los Mamelucos egipcios); y tenía el campamento de los
madianitas al norte, más allá del collado de More, en el valle.
2 Y Jehová dijo a Gedeón: El
pueblo que está contigo es mucho para que yo entregue a los madianitas en su
mano, no sea que se alabe Israel contra mí, diciendo: Mi mano me ha
salvado. 3 Ahora, pues, haz pregonar en oídos del
pueblo, diciendo: Quien tema y se estremezca, madrugue y devuélvase desde
el monte de Galaad. Y se devolvieron de los del pueblo veintidós mil, y
quedaron diez mil.
4 Y Jehová dijo a Gedeón: Aún es
mucho el pueblo; llévalos a las aguas, y allí te los probaré; y del que yo te
diga: Vaya este contigo, irá contigo; mas de cualquiera que yo te diga: Este no
vaya contigo, el tal no irá. 5 Entonces llevó el
pueblo a las aguas; y Jehová dijo a Gedeón: Cualquiera que lamiere las aguas
con su lengua como lame el perro, a aquel pondrás aparte; asimismo a cualquiera
que se doblare sobre sus rodillas para beber. 6 Y
fue el número de los que lamieron llevando el agua con la mano a su boca,
trescientos hombres; y todo el resto del pueblo se dobló sobre sus rodillas
para beber las aguas. 7 Entonces Jehová dijo a
Gedeón: Con estos trescientos hombres que lamieron el agua os salvaré, y
entregaré a los madianitas en tus manos; y váyase toda la demás gente cada uno
a su lugar. 8 Y habiendo tomado provisiones para el
pueblo, y sus trompetas, envió a todos los israelitas cada uno a su tienda, y
retuvo a aquellos trescientos hombres; y tenía el campamento de Madián abajo en
el valle.
9 Aconteció que aquella noche
Jehová le dijo: Levántate, y desciende al campamento; porque yo lo he entregado
en tus manos. 10 Y si tienes temor de descender,
baja tú con Fura tu criado al campamento, 11 y
oirás lo que hablan; y entonces tus manos se esforzarán, y descenderás al
campamento. Y él descendió con Fura su criado hasta los puestos avanzados de la
gente armada que estaba en el campamento. 12 Y los
madianitas, los amalecitas y los hijos del oriente estaban tendidos en el valle
como langostas en multitud, y sus camellos eran innumerables como la arena que
está a la ribera del mar en multitud. 13 Cuando
llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño,
diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta
el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que
cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó. 14 Y
su compañero respondió y dijo: Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón
hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas
con todo el campamento.
15 Cuando Gedeón oyó el relato del
sueño y su interpretación, adoró; y vuelto al campamento de Israel, dijo:
Levantaos, PORQUE JEHOVÁ HA ENTREGADO el campamento de Madián en vuestras manos. 16 Y
repartiendo los trescientos hombres en tres escuadrones, dio a todos ellos
trompetas en sus manos, y cántaros vacíos con teas ardiendo dentro de los
cántaros. 17 Y les dijo: Miradme a mí, y haced como
hago yo; he aquí que cuando yo llegue al extremo del campamento, haréis
vosotros como hago yo. 18 Yo tocaré la trompeta, y
todos los que estarán conmigo; y vosotros tocaréis entonces las trompetas
alrededor de todo el campamento, y diréis: ¡Por Jehová y por Gedeón! 19 Llegaron,
pues, Gedeón y los cien hombres que llevaba consigo, al extremo del campamento,
al principio de la guardia de la medianoche, cuando acababan de renovar los
centinelas; y tocaron las trompetas, y quebraron los cántaros que llevaban en
sus manos(Gedeón
dividió a sus hombres en tres grupos, y les dio trompetas y cántaros vacíos.
Dentro de los cántaros pusieron antorchas encendidas. Si hubieran llevado
sedientos como perros, no hubieran metido antorchas sino que hubieran llenado
los cantaros de agua =-)). 20 Y los tres
escuadrones tocaron las trompetas, y quebrando los cántaros tomaron en la mano
izquierda las teas, y en la derecha las trompetas con que tocaban, y gritaron: ¡Por
la espada de Jehová y de Gedeón! 21 Y se
estuvieron firmes cada uno en su puesto en derredor del campamento; entonces
todo el ejército echó a correr dando gritos y huyendo. 22 Y
los trescientos tocaban las trompetas; y Jehová puso la espada de cada uno
contra su compañero en todo el campamento. Y el ejército huyó hasta Bet-sita,
en dirección de Zerera, y hasta la frontera de Abel-mehola en Tabat. 23 Y
juntándose los de Israel, de Neftalí, de Aser y de todo Manasés, siguieron a
los madianitas.
24 Gedeón también envió mensajeros
por todo el monte de Efraín, diciendo: Descended al encuentro de los
madianitas, y tomad los vados de Bet-bara y del Jordán antes que ellos lleguen.
Y juntos todos los hombres de Efraín, tomaron los vados de Bet-bara y del
Jordán. 25 Y tomaron a dos príncipes de los
madianitas, Oreb y Zeeb; y mataron a Oreb en la peña de Oreb, y a Zeeb lo
mataron en el lagar de Zeeb; y después que siguieron a los madianitas, trajeron
las cabezas de Oreb y de Zeeb a Gedeón al otro lado del Jordán.
Un ejército, humanamente hablando,
creeríamos que, entre más armados, preparados y sobre todo, numéricos más fija
sería la victoria. Pero Dios les dice que reduzca sus tropas, solo irían los
que no doblaran sus rodillas al beber el agua (Jueces 7). Esto porque Dios
quería mostrar su gloria y poder, es decir, Gedeón no solamente fue sensible a
la voz de Dios, sino que también fue obediente, a pesar de que esa obediencia
pareciera descabellada para cualquier experto militar.
Por si no me he hecho entender hasta el
momento, termino con este ejemplo: En el bosque todos creían que la liebre la
ganaría la carrera a la tortuga., la liebre y todos en el bosque pensaron que
la tortuga perdería, creían que la liebre la ganaría la carrera a la tortuga.
Todos se equivocaron, menos la tortuga, porque si la tortuga corrió, es porque
en su esperanza, sabía que podía ganar, aunque todo jugara en su contra.
La iglesia debe saber y entender que Dios
pelea por nosotros y que la victoria es del Señor y nosotros con Él venceremos.
Dice el libro de Eclesiastés 9:11
Me volví y vi debajo del sol, que
ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los
sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor;
sino que tiempo y ocasión acontecen a todos. Yo diría que es el tiempo y el designio de Dios.
Por otra parte,
el libro de Proverbios 21:31, nos da otras luces confirmando lo que
acabamos de leer: El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el
que da la victoria.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos;
el que permanece en mí, y yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de
mí nada podéis hacer. Juan
15:5
No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha
dicho Jehová de los ejércitos. Zacarías
4:6
Ubícate siervo: Dios se complace en usarnos, pero Él realmente, no
necesita de nuestra ayuda, tú y yo sí necesitamos de Su ayuda.
Todo lo que hagamos, hagámoslo en el nombre del Señor y para Él.
Cuando hacemos las cosas en el nombre de Dios, las redes se llenan
de peces hasta reventarse.
Cuando hacemos las cosas en el nombre de Dios, podemos cruzar el
mar rojo sin barcos y pasando en seco. Muchas veces, Dios toma un problema que
tienes y lo resuelve con otro problema que también tienes. Es decir, problema
con problema los anula, porque el es Dios. Faraón y el mar fueron eliminados en
un solo movimiento de victoria y poder de Dios para su pueblo.
Cuando hacemos las cosas en el nombre de Dios y esperamos, veremos
derribar el muro sin armas de asalto y con solo guardar silencio y gritar
oportunamente al mandato de Dios.
Cuando hacemos las cosas en el nombre de Dios, aún en medio de
nuestra humanidad en la cual no había esperanza ni salvación para nosotros, como
lo dice el Apóstol Pablo en Romanos 7:24-25 24 ¡Miserable de mí! ¿quién me
librará de este cuerpo de muerte? 25 Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor
nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, más con la
carne a la ley del pecado… pero Cristo lo puso a nuestro alcance, es decir
cuando no había esperanza ni salvación para nosotros, Cristo con su obra redentora puso vida plena
y eterna a nuestro alcance.
Toda la gloria sea siempre a nuestro Dios y Señor, de quien es toda la dignidad y la alabanza. Amén.
Grande es mi Poderoso Dios. Peregrinos y Extranjeros