La Biblia nos llama a ser justos y; ser justos no se refiere solo a darle la razón a los demás cuando la tienen, sino también a luchar por nuestra justicia, cuando somos nosotros los que tenemos la razón. De no ser así, connvertimos en injusticia nuestro silencio.
Es una realidad desagradable que deberíamos intentar evitar, es triste que haya que tener enemigos por decir la verdad o buscar la justicia, las personas que se acomodan en la injusticia y en la mentira para conservar sus privilegios deben o debemos entender que los problemas de la humanidad nos afectan a todos y cada uno de nosotros y que no encontraremos soluciones fáciles y cómodas para todos.