CELESTIAL
Introducción: Cantar la canción CELESTIAL de Anderson Posada con el
Ministerio Adorando En Su Presencia.
Celestial Ministerio Adorando En Su Presencia
1. La Persona y la Presencia del Espíritu Santo
(Para introducir el "Santo Espíritu" y Su
presencia "Celestial")
Juan 14:16-17 (NVI):
"Y yo le pediré al Padre que les envíe
otro Consolador, para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de verdad. El
mundo no lo puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Pero ustedes sí lo
conocen, porque vive con ustedes y estará en ustedes."
Punto de Predicación: Este es el versículo fundamental que
Jesús mismo nos da sobre la promesa del Espíritu Santo. Enfatiza Su naturaleza
como Consolador y la promesa de Su presencia permanente con y en el creyente,
haciendo que nuestra adoración no sea un acto solitario, sino una comunión permanente
con el Espíritu de Dios, quien a pesar de nuestra humanidad aquí en la tierra, su presencia es Celestial en medio de
nosotros.
2. Las Cualidades de
Su Presencia ("Libre como el viento", "Dulce como
miel", "Refresca como el agua")
2.1 Juan 3:8 (NVI) -
Para "libre como el viento":
"El viento
sopla por donde quiere, y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a
dónde va. Así les sucede a todos los que nacen del Espíritu."
La analogía del
viento subraya la soberanía, la libertad y la imprevisibilidad de la obra del
Espíritu. Su presencia no se limita a nuestras estructuras o expectativas;
es dinámica y libre, capaz de moverse de formas sorprendentes, invitándonos
a una adoración desatada y sin ataduras humanas.
2.2 Salmo 119:103
(NVI) - Para "dulce como miel":
"¡Cuán dulces son a mi paladar tus
palabras! ¡Más que la miel a mi boca!"
Aunque este versículo habla de las palabras de Dios, se
puede usar para ilustrar la dulzura y deleite que experimentamos en Su presencia
a través del Espíritu, quien es el que nos revela todas las cosas y nos guía
enseñándonos todo lo que debemos conocer acerca de la palabra, es decir, el
Espíritu Santo es el que nos revela a Cristo, ya que, Cristo es el Verbo, el
logos la palabra viva. El Espíritu Santo de manera gentil nos acerca a Cristo y
a su carácter y, esta cercanía con Dios no es amarga ni forzada, sino que trae
un deleite profundo y satisfactorio que
supera cualquier placer terrenal, como la dulzura de la miel. El placer del
gusto como sentido, ahora se percibe en el Espíritu como un placer y sabor
agradable para la vida del creyente que disfruta de la presencia de Dios.
2.3 Juan 7:37-39
(NVI) - Para "refresca como el agua": "En
el último día, el más solemne de la fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: 'Si
alguno tiene sed, venga a mí y beba. De aquel que cree en mí, como dice la
Escritura, brotarán ríos de agua viva. Con esto se refería al Espíritu que
habrían de recibir más tarde los que creyeran en él."
El Espíritu Santo es la fuente de vida y refrescamiento
espiritual. Así como el agua sacia la sed y vivifica la tierra, la presencia
del Espíritu renueva nuestra alma, nos da nueva vida y nos capacita para fluir
con Su vida hacia otros, refrescando tanto al que adora como a su entorno. La
tierra, aunque tiene nutrientes en sí misma, necesita que el agua sea derramada
en ella para que la semilla de la fe y el fruto del Espíritu Santo puedan
germinar, produciendo así mucho fruto para la gloria de Dios.
3. La Adoración que
Fluye de Su Presencia y Su Obra en Nosotros
(Para "Sublime y celestial" y "Obra en mí
Santo Espíritu de Dios")
Romanos 8:26-27 (NVI)
- Para la obra y la ayuda del Espíritu:
"Así mismo, en nuestra debilidad el
Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y
Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque
el Espíritu intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios."
La presencia sublime y celestial del Espíritu no es pasiva;
Él está activamente involucrado en nuestra adoración y en nuestra vida. Este
pasaje revela Su *obra intercesora* y ayudadora, especialmente cuando nos
sentimos débiles o no sabemos cómo adorar. Él obra en nosotros para que nuestra
adoración, incluso imperfecta, sea aceptable y alineada con la voluntad de
Dios.
4. La transformación
que "obra en mí" Gálatas
5:22-23 (NVI) - Para
"En cambio, el fruto del Espíritu es
amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y
dominio propio. No hay ley que condene estas cosas."
La frase "Obra en mí Santo Espíritu de Dios" es
una invitación a la transformación del carácter. Cuando el Espíritu está
presente y obrando en nosotros, se manifiesta este fruto, lo cual también es
una forma de adoración viva. Nuestro ser transformado es una ofrenda a Dios,
permitiendo que nuestra vida sea una continua expresión de adoración.
Hoy quiero animar a la congregación a anhelar y a rendirse a
la presencia celestial del Espíritu Santo para que Él pueda obrar libremente en
ellos. El Espíritu Santo, es el que nos garantiza el cielo en la tierra, porque
es la presencia misma de Dios.