"En un evento cristiano, una persona puede creer que por llorar, caer al suelo, gritar, saltar, remolinear, tiene comunión con el Señor pero esas cosas no garantizan nada. ¿De qué sirve llorar, gritar, si no tenemos comunión con las Escrituras, después de finalizar el evento? ¿sirve en algo el haber caído al suelo pero seguir con una vida apática a la oración en mi diario vivir?
La verdad es que, es el fruto del Espíritu, la evidencia de nuestra comunión con el Señor. Llorar, gritar, y más cosas, hasta en un concierto secular pueden suceder."
Jonathan Ucho Castillo