La Biblia enseña claramente que Dios es el Creador de todo y que ha dejado un testimonio de sí mismo en el mundo natural para que la humanidad lo reconozca. Esta revelación se conoce como revelación general, ya que está disponible para todos en todas partes.
1) Dios es el Dios de la creación
Desde el primer capítulo de la Biblia, se establece que Dios es el único y soberano Creador de todo lo que existe.
Génesis 1:1: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra." Este versículo es el fundamento de toda la Escritura. Declara que la existencia del universo no es accidental, sino el resultado de un acto deliberado y poderoso de Dios.
Isaías 40:28: "¿No has sabido, no has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio, y su entendimiento no hay quien lo alcance." Este pasaje resalta que la creación es evidencia de la eternidad y la omnipotencia de Dios. Él no se cansa ni se fatiga, y su obra es un reflejo de su infinita sabiduría.
Juan 1:3: "Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho." Aquí se nos enseña que Jesucristo, el Verbo de Dios, es el agente activo en la creación. La creación es un testimonio de la divinidad de Jesús mismo.
2) Dios se revela a través de la creación
La belleza, el orden y la complejidad de la creación no son casuales. Sirven como un espejo a través del cual la humanidad puede percibir a su Creador.
Salmo 19:1-4: "Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz; por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras." Este es uno de los pasajes más explícitos. Afirma que la creación misma es un "lenguaje" universal que proclama la gloria y la sabiduría de Dios, audible para toda la humanidad.
Romanos 1:20: "Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas; de modo que no tienen excusa." Este versículo es fundamental. Pablo argumenta que nadie tiene excusa para no reconocer a Dios, ya que sus atributos invisibles, como su poder eterno y su naturaleza divina, son evidentes a través de la creación. La complejidad de una flor, la inmensidad de las estrellas o el orden de la naturaleza son evidencias palpables del poder del Creador.
Hechos 14:17: "si bien no se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones." Aquí se nos dice que la bondad y la provisión de Dios, manifestada en las lluvias y las cosechas, también son un testimonio de su existencia. Él no está ausente, sino que provee a la humanidad.
Estos pasajes demuestran que la creación es un testimonio constante y universal de la existencia, el poder y la naturaleza de Dios. Aunque la revelación general no es suficiente para la salvación (para eso se requiere la revelación especial de Cristo a través de la Biblia), sí es un llamado inicial a toda la humanidad para que busque y reconozca a su Creador.
