Aquel hombre millonario hizo bajar el volumen de la música que sonaba a todo dar en medio de aquella fiesta, como por reflejo todos los invitados guardaron silencio mientras dirigían sus miradas expectantes hacia el anfitrión de la casa...
-¡¡¡ Daré un auto, una casa o un importante cargo en algunas de mis empresas a aquel hombre que tenga la osadía de cruzar ésta piscina llena de cocodrilos!!!
splash¡¡¡ sonó el agua casi interrumpiendo la oferta del hablante... mientras los invitados aplaudían en medio de la admiración.y expectativa al ver a un hombre que cruzaba a nado la piscina a la vez que trataba de superar a aquellos cocodrilos que ahora se habían convertido en enemigos peligrosos y querían devorarle a la primera oportunidad que tuvieran...
Finalmente el aguerrido hombre de un salto logró salir de la piscina impulsado por el miedo y el deseo de no morir , o al menos por esta ocasión...
Después de ser aplaudido, llevado entre hombros y recibido con unas cuantas palmadas de reconocimiento en la espalda, sobre una camisa hecha hilachas debido al ataque de los feroces animales, el hombre empezaba a recuperar su semblante que lucía pálido y atónito pero sin articular una sola palabra...
El millonario le preguntó -¿cual de los tres premios quieres recibir por tu gran valor ?
El hombre valiente toma aire y con un tono de voz entre asustado y molesto dice:
- NO quiero ninguno de sus premios, lo único que quiero es que me digan quien fue el irresponsable que me empujó a esa piscina...
Hay un momento en la vida de los jóvenes donde es necesario que los padres le den el empujó a la piscina de la vida, para que sus hijos enfrenten aquellos miedos, desafíos y retos que le ayudarán a alcanzar las bendiciones que ellos deben obtener por sí mismos... Hay un momento en la vida donde el líder debe entregar la caña de pescar para que su discípulo asuma su propio compromiso y se responsabilice de su propio crecimiento.
La vida está llena de ofertas y de bendiciones, y a mayor desafío, mayor recompensa...
No limitemos la capacidad de nuestros hijos, es verdad que quisiéramos que no tuvieran que enfrentarse a los problemas y circunstancias difíciles e incluso quisiéramos que ni siquiera tuvieran que "mojarse" en el mar de la vida, pero el éxito de un padre y una madre está en proteger y no en sobreproteger, el enfoque de un líder debe ser enseñar a pescar y no en dar permanentemente el pescado porque ello atrofia la capacidad de sus discípulos ... Demos a nuestros hijos y discípulos el empujón necesario que ellos necesitan en la medida que van creciendo tanto en estatura, edad y conocimiento porque la vida trae muchas bendiciones que deben ser arrebatadas por ellos mismos...
Y...un empujón de vez en cuando no cae mal cuando sabes que tu protegido ya puede enfrentar sus propias piscinas junto con sus propios cocodrilos...
Dios te bendiga...
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