Cuando se lee el Salmo capitulo 29 y luego lees el Salmo 113:5-6 que hablan acerca de Dios, da la impresión de que hablaran de dos personas diferentes, por que el primero habla del todopoderoso el cual a su sola voz hace estremecer a toda la creación. En cambio en el Salmo 113 describe a Dios como el que se "humilla" a mirar a los hombres a pesar de habitar en las alturas.
Este aparente contraste nos deja ver que aunque Dios es el omnipotente, el omnisciente, el omnipresente, en él está el constante deseo de habitar en medio de nosotros, aún siendo quien es: Dios...
El libro de Isaías nos une ambos salmos en un solo versículo y nos da una clara explicación de quien es Dios a favor de nosotros, a pesar de ser Dios, cuando dice:
Porque así dijo el Alto y el Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y en la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu...
Dios siendo Dios con toda su grandeza, Él se humilla...
Este maravilloso ejemplo de vida que nos da a los hombres el propio Dios creador de los cielos y de la tierra nos desafía en éstos últimos tiempos, donde a pesar de que somos hombres imperfectos, con debilidades, desconocedores de muchas cosas... nos hemos dejado llevar por la altivez, la soberbia, el enaltecimiento y el orgullo, dejando a Dios a un lado para ponernos nosotros con nuestros gustos y nuestra propia manera de pensar,como lo señaló el aposto Pablo al joven discípulo Timoteo: hombres amadores de sí mismos, vanagloriosos, soberbios...
Es triste ver un mundo hoy en día donde predominan en el hombre estas malas actitudes hacia Dios, pero es mas lamentable aún, que esto esté sucediendo también en medio de las congregaciones cristianas donde decimos haber rendido nuestra vida a Dios... pero solo de boca hacia afuera...
Al creyente de hoy en día le cuesta doblegar su orgullo ante Dios.
La humillación es un acto voluntario, que tiene como raíz el verbo humillar, y es una acción que produce en nuestro carácter aquella virtud tan escasa pero tan necesaria para nuestros tiempos:La Humildad.
El creyente que rehúsa humillar su vida a Dios está perdiendo los privilegios, bendiciones y promesas que Dios a través de su palabra nos entrega cuando permitimos que nuestra humildad sea forjada en la presencia del Señor:
Riquezas, honra y vida
Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.
Proverbios 22:4
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado;
Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.
Santiago 4:6 y 1 de Pedro 5:5
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde,
Mas al altivo mira de lejos.
Salmo 138:6
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo;
1 de Pedro 5:6
Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
Miqueas 6:8
Es una ironía que Satanás impulsado por su orgullo quiso sentarse en el trono de Dios y terminó perdiendo aún la dignidad que ya tenía... mientras que Jesucristo siendo Dios se despojó a sí mismo y se hizo hombre por lo tanto Dios lo exalto a lo sumo y le dio un nombre que es sobretodo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre...
Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Mateo 23:12 Lucas 14:11 Lucas 18:14
Jesús dijo: Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Mateo 11:29
Aprendamos de la humildad de Dios y disfrutemos de las bendiciones que trae consigo el corazón humilde...
Dios te bendiga.
Si fue de bendición para tu vida y crees que puede bendecir a alguien más, te invito para que lo compartas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario