Es natural que cuando vamos al mercado o a alguna tienda de alimentos busquemos siempre los mejores alimentos para nosotros, en especial cuando se trata de las frutas.
¿Te ha pasado que has visto en una misma estantería unas hermosas frutas y de repente te encuentras con una que ya está bastante avanzada en descomposición y se ve bastante desagradable?
Al parecer alguien olvidó limpiar el estante, o tal vez lo hizo, pero no a la profundidad merecida, y muestra de ello es el hecho de que vimos esa fruta que ya no está en condiciones de ser consumida.
El hombre tomó de la estantería una de las manzanas y me señaló una parte de ella diciéndome:
Esta manzana ya está golpeada, entonces toca retirarla, porque sino dañará también las otras que aún están buenas.
Pero esto no respondía del todo mi pregunta, de por qué algunas frutas permanecían en la estantería a pesar de su descomposición avanzada y el hombre me dijo algo que me llevó a escribir esta reflexión:
-Esas son frutas que no necesariamente fueron golpeadas, sino que desde adentro se empezaron a dañar y cuando uno se da cuenta, es porque la descomposición se ha hecho evidente, pero ya todo el fruto se ha echado a perder porque junto a la semilla hay espacios vacíos, un lugar ideal para albergar hongos.
Allí entendí que en las personas que nos rodean, están aquellos que fueron golpeados por fuera, y se hace evidente su efecto sobre sus corazones y vidas, y algo podemos hacer por ellos, todavía, pero también están aquellos que fueron golpeados por dentro...
Los golpeados por dentro son peligroso para sí mismos por que cuando ya nos damos cuenta, su vida está en la depresión, en un vicio o en consecuencias de las malas decisiones para sus vidas, casi irreversibles.
Los golpeados por dentro se llenaron en silencio de frustraciones, menosprecio, malos pensamientos contra sí mismos. Los golpeados por dentro se llenaron de tristezas, angustias y pesares.
Los golpeados por dentro, en ocasiones, somatizaron sus emociones heridas sobre sus cuerpos enfermos y mentes dañadas.
A diferencia de los golpeados por fuera que eran heridos con calumnias, traiciones y ofensas, pero que lograban recuperarse rápidamente del daño sin envenenarse con las acciones externas de otros, los golpeados por dentro fueron dañándose sin evidencia, sin ser notados, sin ser vistos, peligro este mayor, que aquel que es golpeado por fuera y todavía es fácil realizar una limpieza o cuidado.
Cuando la pudrición aún está fuera, estamos a tiempo de deshacernos de lo que no sirve, de lo que estorba, de lo que daña, pero que pérdida tan grande cuando la fruta y el corazón se pudren desde adentro, donde nadie se da cuenta, donde no es posible un diagnóstico ni una recuperación, porque una cura solo se receta desde lo que se conoce de la enfermedad, pero si no conoces la enfermedad, cuánta ventaja alcanzará, cuánto daño hará, cuánto desperdicio obtendrá.
Por eso esta generación es conocida como la generación de cristal, hombres y mujeres tan malamente sensibles a todo, que pareciera que tienen cristal en su corazón, pero a la vez la misma condición de su corazón, los lleva a tratar al otro con puño de hierro. ¿Has notado que a la generación de cristal le gusta pegar con mano de hierro?
Nuestras generaciones anteriores fueron muy heridas desde afuera, pero nuestra actual generación, es una generación muy herida desde adentro: Muchas sonrisas pero pocas alegrías, muchos lujos pero poco disfrute, muchos amigos en redes sociales pero pocas relaciones humanas de valor real, mucho libertinaje pero pocas libertades, muchas ideologías pero ninguna que sane, restaure y conserve la frescura y salud de sus corazones. Es una generación de apariencias.
Es natural que queramos comprar la mejor fruta, la más buena, y la más grande, es por eso que nuestra juventud a pesar de estarse dañando irremediablemente por dentro en silencio, se esfuerza en conservarse fresca por fuera, agradable a la vista para venderse al mejor postor y al final, tristemente, terminan siendo los más solitarios, los más tristes, los más dañados, porque cuando su corazón ¨desagradable¨ se hace evidente, nadie quiere estar cerca de ellos... nadie quiere las frutas podridas.
Nadie quiere estar cerca de ellos, a excepción de aquel que realmente le ama, sus padres, sus amigos o su pareja, pero a veces es tanta la descomposición de una manzana, que antes que las otras transmitan su buen estado a ella, es más viable y natural que la manzana dañada termine por dañar a las manzanas frescas. Por eso vemos personas que hacen daño, incluso a aquellos que les hacen bien.
Los dañados por dentro necesitan un tiempo en solitario y no un tiempo en soledad. Necesitan un tiempo en solitario con el que restaura corazones, con el que da agua de vida, con el que da vida al perdonar, con aquel que da vida al morir a sí mismo, con Jesús la fuente de vida, con Jesús la fuente de amor.
Una fruta separada de su árbol se daña y luego perece, pero el que permanece en Jesús, es limpiado para que siga con vida y fructificando (Juan 15:1-17).
A diferencia de una manzana dañada que debe desecharse, el corazón herido y sin esperanza de una persona, es el mejor lugar donde Dios puede traer nueva vida y desechar todo aquello que trae muerte, tristeza, dolor, soledad y rabia. De lo más vil y menospreciado del mundo escogió Dios para sí.
Si sientes que hoy eres una manzana golpeada por dentro, aférrate a la vida, aférrate a Cristo y no te separes de él, no te separes de su palabra, aférrate a él, porque de él recibirás ríos de agua viva para conservarte en buen estado y permanecer vivo de forma real.
Una manzana saludable por dentro, no se siente obligada aparentar salud por fuera. Su salud y agradable apariencia es natural, es limpia, real y es sana.
Los golpes que recibes de afuera los puedes manejar tu, los golpes de adentro, permítele a Dios que se encargue. Sé la mejor manzana, no solamente para otros, sino especialmente por y para ti.
Si te sientes deprimido o triste quiero que escuches esta canción, donde Dios es quien te habla para que sepas que no estás solo:
Si te gustó comparte y recuerda que somos el Ministerio Adorando en Su Presencia porque una vida adoración es una vida de bendición. Con lo que hacemos, servimos a Dios y transformamos vidas por el poder de su palabra y para gloria de su nombre.
Dios te bendiga.
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