A continuación comparto las palabras de una mujer a quien respeto, admiro y reconozco su enteresa, pero sobretodo el gran corazón que la caracteriza. Ella es mi esposa y resalto su respuesta de amor y unidad, al malintencionado sentimiento y comentario, tristemente de personas que dicen amar a Dios.
Lo publico para que no pase desapercibido, y para que algún día entendamos por fin, al menos los que tenemos a Cristo en nuestro corazón, que el mal se vence con el bien:
"Tuve la ocasión con esta publicación, de recordar que estando en su bello país Venezuela para mis niñas pequeñas, no me quisieron vender una bolsa de leche y otros elementos de primera necesidad por ser colombiana, y debí dejar las cosas que tenía separadas para pagar, esto solo un caso entre otras experiencias xenófobas, que no es de mi interés comentar en este momento.
Viviendo allí, mi familia y yo hospedamos a muchas personas que nos "pagaron" robándonos, y hablando mal de nosotros, mintiendo. Decían incluso que eramos narcos. Cuando siempre servimos con mi esposo y mis hijas desde la palabra de Dios a todos los que se nos acercaron, incluso muchas veces sin tener que ofrecerles, siempre pudieron contar con nosotros y nosotros con ustedes.
En el caso de sus nacionales venezolanos en mi país Colombia, soy testigo y junto a mi esposo lo hemos evidenciado, no una , ni dos sino muchas veces que los que más daño, humillación y critica están haciendo a los hermanos venezolanos, son los mismos venezolanos.
Ahora, mi familia y yo sabemos que la gran mayoría de venezolanos son excelentes seres humanos, trabajadores, amigables y familiares, porque tuvimos la bendición de conocer y compartir con muchos de ustedes durante varios años.
Y por unas pocas malas experiencias con algunas personas e instituciones de su país, nunca hemos generalizado de ustedes los venezolanos de bien, ni tampoco hemos hecho ningún tipo de publicación ni burla al respecto.
Mientras tanto seguimos orando por su hermoso país Venezuela todos los dias, así como lo seguimos haciendo por el nuestro, porque cada quien da solo aquello que puede ofrecer.
Por una mala experiencia que se tenga en un país con algunas personas, no determina el corazón de una nación."
De mi parte solo puedo concluir, que los malos gobiernos obtienen su poder de las malas relaciones y malas intenciones del pueblo contra el pueblo.
Mi consejo es: Entendamos que el mérito de los pueblos está en que pasemos todos juntos este "charco", no en ahogarnos entre nosotros mismos.
PD: No a la reforma tributaria y No a la Reforma de Salud.
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