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Jesucristo : Perfección más que suficiente (Predicación basada en el libro de Hebreos)

 

Jesucristo : Perfección más que suficiente (Predicación basada en el libro de Hebreos)

Cristo es Profeta, para salvarnos de la ignorancia del pecado.

Cristo es Sacerdote, para salvarnos de la culpabilidad del pecado.

Y Cristo es Rey, para salvarnos del dominio del pecado.



 

Empezar leyendo el libro de Hebreos 9:1-10

 Ahora bien, aun el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.

Porque el tabernáculo estaba dispuesto así: en la primera parte, llamada el Lugar Santo, estaban el candelabro, la mesa y los panes de la proposición.

Tras el segundo velo estaba la parte del tabernáculo llamada el Lugar Santísimo,

el cual tenía un incensario de oro y el arca del pacto cubierta de oro por todas partes, en la que estaba una urna de oro que contenía el maná, la vara de Aarón que reverdeció, y las tablas del pacto;

y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.

Y así dispuestas estas cosas, en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;

pero en la segunda parte, sólo el sumo sacerdote una vez al año, no sin sangre, la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo;

dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.

Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto,

10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones (Purificación ritual por medio de agua que se hace antes de la oración ), y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

 


 La carta de los Hebreos, se asume sin seguridad que haya sido escrita por Pablo. Pero su forma de redacción no es muy similar a las demás cartas que Pablo escribió, además de que este apostol solía declararse como autor en las otras cartas que escribía.

Lo que sí estamos seguro, era que quien dio forma a este texto a los hebreos, conocía muy bien los protocolos sacerdotales y todo lo que implicaba la ley recibida por Moisés en cuanto al tebernáculo y ordenanzas que se debían asumir en cuanto al perdón de pecados para el pueblo de Israel durante el antiguo testatemento (Pentateuco) Esto lo identificamos porque nos habla muy amarrado a lo que era el protocolo sacerdotal ordenado por Dios a Moisés con relación al tabernáculo y templo.

 

 

1 (1-2) Jesús es el perfecto profeta que anunció las buenas nuevas, cumpliéndose en él todo lo dicho por él mismo y por todos los profetas que le antecedieron. Incluso Jesús es superior a los ángeles que anhelaron anunciar el evangelio. Jesús es superior a todos los profetas que fueron antes que él y es superior a todos los ángeles (Hebreos 1:1-8)

En la mentalidad judía, como es natural, el profeta ocupaba un sitio de honor, prestigio y consideración. Para el judío, el profeta era la persona digna de confiar, a quien Dios entregaba un mensaje que debía ser comunicado al pueblo

Jesús es el verbo hecho carne, osea que solo en Jesús se da el cumplimieto de toda la palabra (Juan 1:1)

2 (3-4) Jesús es el perfecto Rey y caudillo que nos dirige hacia él como Salvador no solo del pueblo de Israel, si no también de los gentiles, ósea de todo el mundo. Y Jesús nos dirige EN ÉL como camino y puerta de entrada al cielo, siendo él mismo, el primogénito de muchos. Moisés como líder no logró entrar a la tierra prometida, más sí la vio de lejos.

Jesús fue superior a Moisés (Hebreos 3:1-6)

Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;

el cual es fiel al que le constituyó, como también lo fue Moisés en toda la casa de Dios.

Porque de tanto mayor gloria que Moisés es estimado digno éste, cuanto tiene mayor honra que la casa el que la hizo.

Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios.

Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.

 

 

Jesús fue superior a David (Mateo 22:41-46)

41 Y estando juntos los fariseos, Jesús les preguntó,

42 diciendo: ¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo? Le dijeron: De David.

43 El les dijo: ¿Pues cómo David en el Espíritu le llama Señor, diciendo:

44 Dijo el Señor a mi Señor:
Siéntate a mi derecha,
Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? m

45 Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su hijo?

46 Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.

Por lo tanto si Israel tenía en cuenta las palabras de la ley dadas por Moisés y los profetas, y demás hombres como el Rey David (Salmos), cuanto más debían atender las palabras de la gracia, las buenas nuevas de salvación de Cristo Jesús, dadas por el mismísimo Hijo de Dios.

 

Moisés construyó el tabernáculo, pero en Jesús se construyó toda la creación (Romanos 11:36 36 Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén. y 11:25-27 26 y luego todo Israel será salvo, como está escrito:  Vendrá de Sion el Libertador, Que apartará de Jacob la impiedad. 27 Y este será mi pacto con ellos,
Cuando yo quite sus pecados
)

No hay otro mediador entre Dios y los hombres, solamente Jesucristo hombre tiene el poder de llevarnos al cielo y cumplir en nosotros la promesa de la vida eterna (1 Timoteo 2:5)

Ningún gobernante ni ningún poderoso nos da la confianza y seguridad que tenemos en Jesús.


 


3 (5-7) Jesús es el perfecto Sumo Sacerdote, una vez y para siempre. Los antiguos sacerdotes debían purificarse a sí mismos, y esto con la sangre de animales; sangre que era limitada, e insuficiente, ya que cada día y cada año debía renovar el sacrificio que limpiaba simbólicamente el cuerpo. Más no generaba una transformación genuina en las vidas y en los corazones.

Los sacerdotes entraban al templo a interceder por sí mismos y por el pueblo de Israel, pero Jesús entra al mismo cielo a interceder por los hombres (Hebreos 8:2). Jesús no viene de la descendencia sacerdotal de Aaron. Él es un sacerdote que no tiene ninguna limitación. (Salmo 110 Jehová dijo a mi Señor:
    Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.Jehová enviará desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos. Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder,
En la hermosura de la santidad. Desde el seno de la aurora
Tienes tú el rocío de tu juventud. Juró Jehová, y no se arrepentirá:

Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de Melquisedec (Rey de Justicia-Sacerdote Rey)  y para que haya justicia debe haber cumplimiento de la ley, al darse la muerte de Cristo, se realiza la justicia del castigo de Dios que era para la humanidad, pero que fue recibida por Cristo, quien se hizo para nosotros justicia: Jesucristo  Aquel que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. 2 Corintios 5:21 En su castigo, fuimos nosotros justificados)

 

 

15 Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.16 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.

Hebreos 4:15-16

Solamente Jesús es el Sumo Sacerdote que nos acerca al Padre

 

4 (8-10) Jesús es el perfecto sacrificio. Jesús es más que suficiente, porque fuen el Cordero sin mancha, que fue inmolado, una vez y para siempre, no con sangre de animales (Hebreos 10:4), sino con su propia sangre, pura y perfecta.

Por ello su poder y efecto nos alcanzó dándonos la solución perfecta, suficiente y eternamente (Hebreos 9:9 dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo, entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.

Lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto,

10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas.

11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,

12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.

13 Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,

14 ¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?

). Solución absoluta que abarca nuestro espíritu, alma y cuerpo, santificados en Él. Esto evidenciado en el fruto del Espíritu Santo en nosotros, una vez hemos recibido a Cristo como Señor y Salvador, permitiéndole nuestra transformación a través de su palabra y el poder del Espíritu Santo de Dios.

 

 

Jesús es Dios mismo, hecho hombre.

Era necesario que Jesús fuera hombre para poder estar en condición de morir. Pero también era necesario que Jesús fuera Dios para poder estar en condición de resucitarse a sí mismo (Hechos 13:29-30 Y habiendo cumplido todas las cosas que de él estaban escritas, quitándolo del madero, lo pusieron en el sepulcro. Mas Dios le levantó de los muertos. y Romanos 10:9 Que si confesares con tu boca al Señor Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo)

 

Jesús es el Cordero de Dios

 El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Juan 1:29

El rollo y el Cordero

 Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.

Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?

Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.

Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.

Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;

y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

10 y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Apocalipsis 5:1-8

 

Ningún sacrificio era suficiente. Solo en Jesús hay salvación

 

Puedes escuchar y conocer de cerca las palabras de Jesús el profeta, puedes seguir lo que él enseñó como Rey y Caudillo, puedes entender todos los protocolos que Jesús realizó como sacerdote. Pero todo esto solo se cumplirá en tu vida, cuando mueras a ti mismo para que el Cordero Santo que murió por ti, realmente nazca en tu corazón como Rey y Señor, Salvador suficiente de tu vida. (Heb 9:29 y 10:12-14)

 

Cantar Jesucristo basta


 

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