Con prudencia y sabiduría, toma tus propias decisiones.
Las personas siempre van a querer ponerte en el lado contrario de dónde te encuentres.
Si eres soltero te quieren casar. Si estás casado, entonces te quieren divorciar.
Si estás estudiando, quieren que trabajes, y si estás trabajando quieren que estudies, si haces las dos, dicen que te definas por alguna.
En la multitud de consejos se halla la sabiduría, más no en la multitud de opiniones.
Quien te ama, te aconseja, quien no te ama, solo se tomará la libertad inmerecida de opinar.
Dispón de todo lo que encuentres en la vida, alégrate y disfruta de tu vida y juventud, y siempre ten presente agradar a Dios en tus decisiones, desechando lo malo y reteniendo lo bueno.
Y sobre todo lo que quieras atesorar y sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón porque de él mana la vida.
Eclesiastés 11:9
Proverbios 4:23
1 Tesalonicenses 5:21-23
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