La muerte hace parte de la vida. La esencia de saber que al final del camino, llega la muerte, hace que la vida sea interesante, extrema e intensa.
Recuerdo que una de mis profesoras en el colegio, solía aconsejarnos, diciendo:
Vive como si nunca fueras a morir para que vivas sin miedos ni temores. Y vive como si ya fueras a morir, para que aproveches cada segundo y disfrutes sanamente cada momento.
Dice el libro de Proverbios capítulo 16:9
El hombre hace planes, pero es el Señor el que dirige sus pasos.
Los planes son del hombre; la palabra final la tiene el Señor.
Y en Eclesiastés 7:2 dice
Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su corazón.
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