Es verdad que el padre corrió hacia él al verle a lo lejos, y lo abrazó y lo besó a pesar del estado descuidado, sucio y desagradable en el que seguramente había visto regresar a su hijo.
También es muy cierto, que el padre mandó a buscar el mejor vestido y el anillo para ponérselo a su hijo.
Pero todo padre sabe, que incluso desde que nuestros hijos están pequeños, al cambiarle de pañal, no lo hacemos por desprecio, o rechazo o falta de aceptción a nuestros hijos, sino que antes de ponerles vestidus nuevos, les realizamos algunos cuidados de limpieza, y esto no lo hacemos tanto por el olor o aspectos de imagen, sino por higiene y salud, primeramente para nuestros hijos.
La gracia de Dios hay que entenderla, sin abusar de su amor, y abusamos de su amor cuando tratamos de hacer su amor más "grande" que su santidad.
Dios ama sus hijos y los viste de honra, pero Dios tambien, en muestra de amor, los transforma porque él es Santo..
No hay comentarios:
Publicar un comentario