Inamovibles como los hijos de Coré.
Obediencia con sabiduría
Obedeceremos a nuestros gobernantes y a nuestras autoridades siempre, pero solo hasta el punto límite en que ellas mismas contradigan a Dios y sus mandatos… desde ese punto mismo nuestra obediencia se regirá solo a Dios.
Cuando se observa el mundo actual en el que nuestra generación
está involucrada, nos urge hacer el llamado como Iglesia de Cristo al
arrepentimiento, pero al mismo tiempo, nos motiva y nos exige a permanecer
obedientes y fundamentados en el camino, quien para nosotros los creyentes es
Cristo Jesús.
Sabemos que si el mundo tiene referentes que sirven de mal ejemplo
para llevarnos a hacer el mal, también existen personas llenas del amor de
Dios, que nos instruyen y desafían a buscar agradar a Dios aún en este mundo
tan decadente como lo es el actual.
Pero ¿Qué pasa cuando muchas veces aquellos que deben ser referentes
para nosotros, se convierten en el principal tropiezo para hacernos caer del
fundamento y la fe en Dios?
a)
A veces nuestros líderes políticos, son los
primeros que, a través de sus pasiones humanas, tratan de imponer leyes, normas,
reglas y estatutos que lo que hacen es desobedecer lo instruido por Dios en Su
palabra para nosotros.
b)
Otras veces en nuestros propios hogares a nivel
de autoridad familiar no vemos ejemplos que muestren a Cristo y a su carácter,
sino que son ejemplos contrarios a lo que Dios llama bueno para la familia.
c)
Incluso muchas veces, a nivel de la iglesia, no
siempre veremos ejemplos que glorifiquen el nombre del Señor. Un ejemplo de
ello es la iglesia tradicional que por forzar la mal llamada inclusión en la
fe, ahora hace esfuerzos humanos, políticos y satánicos con los que pretenden
hacer natural aquello que para Dios y su palabra es antinatural, todo esto bajo
excusa del amor;y todos sabemos que lo que realmente es, es un pseudoamor, un
amor falso, un amor que no viene de Dios.
A todos ellos que son de tropiezo, les será
contado por pecado porque ellos también lo saben, pero se hacen los de la vista
gorda siendo desobedientes a Dios, todo por tratar de agradar a los hombres.
Sin embargo, aunque los anteriores ejemplos que mencioné lo parezca,
no se convierte en una excusa, para que usted y yo hagamos lo mismo, o esto por
lo menos para ninguno de nosotros, los que decimos amar a Dios y a Su palabra, pues
si decimos amar a Dios, debemos ser obedientes a Él y a Su palabra, incluso,
cuando autoridades intermedias entre Dios y los hombres, a las que nos debemos sujetar
usted y yo, deban ser desatendidas porque quieren ir en contra de todo lo
establecido por Dios, pues con sus comportamientos, pensamientos, leyes,
instrucciones y acciones desatienden la autoridad divina, para atender sus intereses
contrarios a la palabra de Dios.
Muchos de nosotros, tuvimos que romper con comportamientos que
venían de nuestras familias y venían maldiciones generacionales en nuestras
vidas, para que Cristo llegase a ser verdaderamente nuestro Rey y nuestro Señor.
Otras veces, como iglesia y entre más pasa el tiempo en
mayor medida, nos tendremos que parar inamovibles ante decretos y leyes, que
los gobiernos de diferentes países tratarán de imponernos, queriéndonos llevar
a desobediencia hacia nuestro Dios y Señor. Sabemos que las autoridades son
puestas por Dios y Él les da su respaldo, y debemos obedecerlas, pero cuando
esas autoridades humanas se rebelan contra Dios y prefieren atender a las voces
satánicas antes que, a la voz de Dios, es cuando el verdadero creyente y el
cristiano firme, debemos elevar la voz y decir sin temor ni vergüenza, sin rebeldía,
pero con convicción inamovible: Es preferible obedecer a Dios antes que a
los hombres (Hechos 5:29). Y te digo iglesia, desde este
mismo año entramos en una guerra espiritual, como nunca antes nos había tocado
como hijos de Dios, pero nunca olvidemos que Dios es nuestro amparo y
fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto, no temeremos
aunque la tierra sea removida Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque
bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza… Dios
es nuestro amparo y fortaleza. Aleluya (Salmo 46:1-3 de los hijos de Coré) No
tengamos miedo, pues no es esta nuestra guerra, sino la de Dios, estemos
quietos y firmes veremos la salvación y el poder de nuestro Dios, Dios está con
nosotros (Crónicas 20:15-17)
Cuando las cosas se pongan difíciles, nuestra mejor
forma de hacer guerra es obedecer a Dios
y alabar a nuestro Dios. Una alabanza en obediencia a Dios destruye los
enemigos más inimaginables que tu y yo podamos enfrentar.
Obedeceremos a nuestros gobernantes y a nuestras autoridades
siempre, pero solo hasta el punto límite en que ellas mismas contradigan a Dios
y sus mandatos… desde ese punto mismo nuestra obediencia se regirá solo a Dios.
Por ejemplo debo denunciar que muchas seudocongragaciones
están metiendo de manera irresponsable y grosera el mundo a la iglesia, negociando
los principios bíblicos y los valores cristianos, este es el caso por solo
mencionar uno entre muchos, de una de las líneas de la iglesia Presbiteriana,
quien alineándose a los intereses de los enemigos del reino de Dios, han
permitido el matrimonio igualitario, incluso entre sus mismos ministros que
sirven en el altar. Los hermanos presbiterianos que verdaderamente aman la
palabra de Dios, deben cuidar el buen nombre de su denominación haciendo ver,
que son solo una parte rebelde los que han decidido levantarse en contra de
Dios.
Así mismo la iglesia tradicional, ha implementado programas
para ser “más inclusivos”, según ellos con todo este mover antinatural que se
está haciendo cada vez más común, pero que nunca tendrá el privilegio que
denota la palabra normal, pues va en contra de Dios y de la biología misma como
lo enseña el libro de Romanos capítulo 1 desde el versículo 18 en adelante.
Y no nos vayamos muy
lejos, iglesias cristianas trinitarias, que también están menoscabando la
instrucción de Dios, dando rienda suelta a sus carnalidades, y justificando de
manera descarada, a tal punto de tergiversar la palabra de Dios para sus
propios intereses.
En cambio, hoy quiero hacer notar a una familia del antiguo testamento,
en la cual observamos algo demasiado importante e interesante, poco predicado,
pero que trae unos principios de vida que ningún creyente que ama a Dios y
tiene como prioridad honrarlo, debería desconocer.
Existieron unos hombres que no vieron un buen ejemplo en su
padre, el cual era su autoridad inmediata, no solo como autoridad familiar,
sino también como autoridad ministerial, pues toda esta familia de la cual hablaremos
hoy, eran de la tribu de Leví, es decir, levitas que debían servir en el
templo. Y a pesar de que el mal ejemplo de su padre, los autorizaba y los
justificaba de alguna manera a actuar mal como él, ellos no lo hicieron y
decidieron poner la autoridad de Dios, antes que la autoridad de su propio
padre terrenal, quien era un rebelde en contra de Moisés, por tanto también de
Dios.
En el libro de Número capítulo 16 el descendiente levita
llamado Coré, junto a sus amigos Datám y
Abirán , que eran dos hermanos descendientes de Rubén el primogénito de Israel,
(el cual recordemos que fue desechado como primogénito por irrespetar la
autoridad de su padre Jacob (Israel) acostándose con Bilha, quien era una de
sus concubinas) unidos en rebeldía estos tres, se levantaron contra Moisés
quien fue la autoridad puesta por Dios a cargo del Éxodo del pueblo hebreo, a estos
tres (Coré, Datám y Abirán) literalmente se los tragó la tierra muriendo con
ellos sus hijos y nietos que estaban junto a ellos, entre ellos a 250 personas
consumidas por el fuego para servir de escarmiento por su murmuración, rebeldía
y desobediencia. Contra su líder Moisés, el siervo de Dios. Todos estos hijos,
seguramente, contaminados con la rebeldía de sus padres. La rebeldía es
contagiosa, cuidado. Si no te cuidas, te contaminas.
Sin embargo, en números 26:10-11 es interesante ver que
los hijos de Coré el rebelde, no participaron de dicha revuelta orquestada por
su propio padre, respetando así el liderazgo puesto por Dios en Moisés, y por
ello no perecieron, y por el contrario para la historia ganaron mucho honor a
través de los años por su obediencia y fidelidad, incluso en estos nuestros
días, pues ellos:
a) Continuaron
sirviendo en el templo con la música y la adoración, esto es respaldado con los
diferentes salmos que escribieron (Autor de la letra) y compusieron (Compositor
de la melodía).
b) Ellos también fueron los interpretes que cantaban los
salmos y al mismo tiempo eran los ejecutantes de los instrumentos con los que
dirigían a todo el pueblo para adorar a Dios. Es decir eran los encargados de
dirigir la alabanza en el templo de David y Salomón.
c) Los hijos de Coré también quedaron en la historia
bíblica, registrando a través de los salmos preciosas oraciones cantadas 42,
44, 45, 46, 47, 48, 49, 84, 85, 87
d) Siglos después eran los encargados de guardar las puertas
del templo según leemos en 1 Crónicas 9:19
e) Además leemos en el libro de 2 Crónicas 20 en el
reinado de Josafat, uno de los mejores reyes del reino de Judá quien, por el
respaldo de Dios, venció a una gran multitud de sus enemigos moabitas, amonitas
y los del monte de Seir, por medio de las alabanzas y canticos espirituales que
levantaron los hijos de Coré, utilizando los salmos que ellos mismos habían
escrito, esto aproximadamente 4 siglos después de la rebelión de su padre.
Estos hijos de Coré, eran verdaderos siervos usados por Dios. Tengamos en
cuenta que, al hablar de los hijos de Coré, no solo estamos refiriéndonos a la
primera línea de descendientes, sino también a todas las siguientes que fueron
naciendo a lo largo de los años, es decir, nietos, bisnietos, etc…
Mi énfasis como tal en este mensaje no será la rebeldía de
Coré, que ya mucho se ha predicado de ella, sino la posición que tomó su descendencia
para guardar el lugar de honra al cual Dios les había llamado como tribu de Leví,
con el propósito de que usted y yo también podamos entenderlo, aprenderlo y
aplicarlo para nuestras propias vidas. Y para ello estudiaremos hoy todo el Salmo
44:
Liberaciones pasadas y pruebas presentes
Al músico principal.
Masquil de los hijos de Coré.
44 Oh Dios, con nuestros
oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado,
La
obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. (Los
hijos de Coré comienzan haciendo un breve recorrido recordando las maravillas que
Dios había hecho siglos atrás en diferentes tiempos por sus antecesores)
2 Tú con tu mano echaste
las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste
a los pueblos, y los arrojaste.
3 Porque no se apoderaron
de la tierra por su espada,
Ni su
brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu
rostro,
Porque
te complaciste en ellos.
4 Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda
salvación a Jacob.
5 Por medio de ti
sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a
nuestros adversarios.
6 Porque no confiaré en mi
arco, Ni mi espada me salvará;
7 Pues tú nos has guardado
de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían.
8 En Dios nos gloriaremos
todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah
Aquí
hay un Selah que significa una pausa, tal vez es un momento para meditar, y
reflexionar o también puede ser algo que los que alguna vez hemos escrito una triste canción o una carta de
desahogo, posiblemente podamos entenderlo mucho mejor: Es un momento casi
eterno, donde vienen pensamientos y recuerdos agridulces que se entrelazan y que
quitan el ritmo de escritura a aquel escribiente. Y después de esta breve reflexión,
cambia su dirección abruptamente: Un salmo que comienza con alabanza, júbilo y
confianza, ahora son cambiados por reclamo, desesperanza y vergüenza:
9 Pero nos has desechado, y
nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos.
10 Nos hiciste retroceder
delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen.
11 Nos entregas como ovejas
al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.
12 Has vendido a tu pueblo
de balde; No exigiste ningún precio.
13 Nos pones por afrenta de
nuestros vecinos, Por escarnio y por burla de los que nos rodean.
14 Nos pusiste por proverbio
entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza.
15 Cada día mi vergüenza
está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me cubre,
16 Por la voz del que me
vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo. 17 Todo
esto nos ha venido, y NO NOS hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto. (Los hijos de Coré ponen de
manifiesto su Integridad, obediencia y fidelidad)
18 No se ha vuelto atrás
nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros
pasos,
19 Para que nos quebrantases
en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte.
20 Si nos hubiésemos olvidado
del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno,
21 ¿No demandaría Dios esto? Porque
él conoce los secretos del corazón.
22 Pero por causa de ti nos
matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero.
23 Despierta; ¿por qué duermes,
Señor? Despierta, no te alejes para siempre.
24 ¿Por qué escondes tu
rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la
opresión nuestra?
25 Porque nuestra alma está
agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. (Aquí
vemos Humillación impuesta por los hombres y humillación delante Dios)
Pero
a continuación, en el último versículo de este Salmo 44, hay un cambio de nuevo
hacia la esperanza, y lo que debo resaltar es que esta esperanza no está sustentada
en la oración de expresión de la integridad de quien está orando a través de
este salmo, sino que recurre a lo que usted y yo hoy también debemos recurrir
en estos tiempos malos: debemos recurrir y apelar a la misericordia de Dios:
26 Levántate para ayudarnos, Y
redímenos por causa de tu misericordia.
Para
mí el Salmo 85 es la continuación del Salmo 44
Pues además del salmo 44, los hijos de Coré
terminan cantando un hermoso Salmo de esperanza y búsqueda permanente de la misericordia
de Dios para todas las generaciones: El salmo 85
Súplica por la
misericordia de Dios sobre Israel
Al músico principal.
Salmo para los hijos de Coré.
85 Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la
cautividad de Jacob.
2 Perdonaste la iniquidad
de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Selah
3 Reprimiste todo tu
enojo; Te apartaste del ardor de tu ira.
4 Restáuranos, oh Dios
de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.
5 ¿Estarás enojado
contra nosotros para siempre?¿Extenderás tu ira de generación en generación?
6 ¿No volverás a darnos
vida, Para que tu pueblo se regocije en ti?
7 Muéstranos, oh
Jehová, tu misericordia, Y danos tu salvación.
8 Escucharé lo que
hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no
se vuelvan a la locura.
9 Ciertamente cercana
está su salvación a los que le temen,
Para que habite la
gloria en nuestra tierra.
10 La misericordia y la
verdad se encontraron; La justicia y la paz se besaron.
11 La verdad brotará de
la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos.
12 Jehová dará también
el bien, Y nuestra tierra dará su fruto.
13 La justicia irá
delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino.
10 La misericordia y la
verdad se encontraron; (No puede aplicarse misericordia, si antes no se acepta y se
reconoce la verdad)
La justicia y la paz se besaron. (La justicia y la paz
son una matrimonio que no pueden separarse jamás, pues sin justicia no hay paz
y sin paz no puede haber justicia)
11 La verdad brotará de
la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos. (Cristo después de
morir por tres días ascendió desde las entrañas de la tierra y ahora su
justicia la acerca desde los cielos, desde su trono. Cristo es nuestra justicia,
pues Él se hizo justicia por nosotros. Jeremías 33:16)
12 Jehová dará también
el bien, Y nuestra tierra dará su fruto. (El Padre celestial que es bueno se
proveyó al Cordero. Cristo es nuestro bien de gracia más inmerecido y
al mismo tiempo el más invaluable que tendremos por siempre, pues somos tierra
que produce fruto, solo cuando su semilla está en nosotros)
13 La justicia irá
delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino. (Solo Cristo es el
camino, por el cual podemos transitar, para caminar justificados hacia el
cielo, la misericordia eterna para los que en él esperamos)
El salmista David, también entendió que necesitaba de la
misericordia de Dios Ten piedad de mí, oh Dios,
conforme a tu misericordia; · Conforme a la multitud de tus
piedades borra mis rebeliones. Salmo 51
En conclusión, solo nos queda recurrir a la misericordia
de Dios, pues el camino de la obediencia es una consecuencia de los que
hemos recibido y entendido de alguna manera, así sea superficial, la obra de
amor de Dios para con nosotros. No obedecemos primeramente por lo que
recibiremos en la obediencia, sino por lo que ya hemos recibido en el amor
inmerecido que nos llegó de parte de Dios.
Lo que quiero decir con esto es que nuestra obediencia a
Dios, no debe verse como una exigencia para recibir su amor, sino que debe
verse y ser una consecuencia de nuestras vidas por haber recibido de Su amor
inmerecido para nosotros.
La obediencia a nuestro Dios, a través de la historia,
muchas veces ha llevado a la iglesia a tomar posiciones no muy populares, un
ejemplo de ellas, es el circo romano, donde muchos cristianos murieron en la
arena, antes de que de su boca saliera una renuncia a su fe en Jesús. La
iglesia de este tiempo, no será la excepción, pues el mundo actual nos llevará
a tomar posturas que no son muy populares entre los hombres.
10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo
echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis
tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de
la vida. 11 El
que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere,
no sufrirá daño de la segunda muerte. Apocalipsis
2:10
Conclusión:
Nuestro Dios llamó a
Coré como nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido, pero él se apartó
en su rebeldía.
Dios escogió a los
hijos de Coré como nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido, y ellos
supieron dar el valor a ese precioso llamado como levitas en el pueblo de Israel.
Por la obra redentora
y justificadora de Cristo Jesús en la cruz del calvario, Dios nos escogió a ti
y a mí, a todos nosotros, a pesar de nuestro pasado que tal vez no nos llena de
mucho orgullo, para hacernos parte de su cuerpo y su iglesia siendo para Él real
sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido por medio de Él y para
gloria de Él.
¿Cómo responderás hoy
a Dios? ¿Cuál es tu respuesta en esta hora?
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