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Anderson Posada Ministerio Adorando en Su Presencia

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Inamovibles como los hijos de Coré. Obediencia con sabiduría

 

Inamovibles como los hijos de Coré.

Obediencia con sabiduría

Obedeceremos a nuestros gobernantes y a nuestras autoridades siempre, pero solo hasta el punto límite en que ellas mismas contradigan a Dios y sus mandatos… desde ese punto mismo nuestra obediencia se regirá solo a Dios.

Cuando se observa el mundo actual en el que nuestra generación está involucrada, nos urge hacer el llamado como Iglesia de Cristo al arrepentimiento, pero al mismo tiempo, nos motiva y nos exige a permanecer obedientes y fundamentados en el camino, quien para nosotros los creyentes es Cristo Jesús.

Sabemos que si el mundo tiene referentes que sirven de mal ejemplo para llevarnos a hacer el mal, también existen personas llenas del amor de Dios, que nos instruyen y desafían a buscar agradar a Dios aún en este mundo tan decadente como lo es el actual.

Pero ¿Qué pasa cuando muchas veces aquellos que deben ser referentes para nosotros, se convierten en el principal tropiezo para hacernos caer del fundamento y la fe en Dios?

a)       A veces nuestros líderes políticos, son los primeros que, a través de sus pasiones humanas, tratan de imponer leyes, normas, reglas y estatutos que lo que hacen es desobedecer lo instruido por Dios en Su palabra para nosotros.

b)      Otras veces en nuestros propios hogares a nivel de autoridad familiar no vemos ejemplos que muestren a Cristo y a su carácter, sino que son ejemplos contrarios a lo que Dios llama bueno para la familia.

c)       Incluso muchas veces, a nivel de la iglesia, no siempre veremos ejemplos que glorifiquen el nombre del Señor. Un ejemplo de ello es la iglesia tradicional que por forzar la mal llamada inclusión en la fe, ahora hace esfuerzos humanos, políticos y satánicos con los que pretenden hacer natural aquello que para Dios y su palabra es antinatural, todo esto bajo excusa del amor;y todos sabemos que lo que realmente es, es un pseudoamor, un amor falso, un amor que no viene de Dios.

 

A todos ellos que son de tropiezo, les será contado por pecado porque ellos también lo saben, pero se hacen los de la vista gorda siendo desobedientes a Dios, todo por tratar de agradar a los hombres.

Sin embargo, aunque los anteriores ejemplos que mencioné lo parezca, no se convierte en una excusa, para que usted y yo hagamos lo mismo, o esto por lo menos para ninguno de nosotros, los que decimos amar a Dios y a Su palabra, pues si decimos amar a Dios, debemos ser obedientes a Él y a Su palabra, incluso, cuando autoridades intermedias entre Dios y los hombres, a las que nos debemos sujetar usted y yo, deban ser desatendidas porque quieren ir en contra de todo lo establecido por Dios, pues con sus comportamientos, pensamientos, leyes, instrucciones y acciones desatienden la autoridad divina, para atender sus intereses contrarios a la palabra de Dios.

Muchos de nosotros, tuvimos que romper con comportamientos que venían de nuestras familias y venían maldiciones generacionales en nuestras vidas, para que Cristo llegase a ser verdaderamente nuestro Rey y nuestro Señor.

Otras veces, como iglesia y entre más pasa el tiempo en mayor medida, nos tendremos que parar inamovibles ante decretos y leyes, que los gobiernos de diferentes países tratarán de imponernos, queriéndonos llevar a desobediencia hacia nuestro Dios y Señor. Sabemos que las autoridades son puestas por Dios y Él les da su respaldo, y debemos obedecerlas, pero cuando esas autoridades humanas se rebelan contra Dios y prefieren atender a las voces satánicas antes que, a la voz de Dios, es cuando el verdadero creyente y el cristiano firme, debemos elevar la voz y decir sin temor ni vergüenza, sin rebeldía, pero con convicción inamovible: Es preferible obedecer a Dios antes que a los hombres (Hechos 5:29). Y te digo iglesia, desde este mismo año entramos en una guerra espiritual, como nunca antes nos había tocado como hijos de Dios, pero nunca olvidemos que Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones, por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza… Dios es nuestro amparo y fortaleza. Aleluya (Salmo 46:1-3 de los hijos de Coré) No tengamos miedo, pues no es esta nuestra guerra, sino la de Dios, estemos quietos y firmes veremos la salvación y el poder de nuestro Dios, Dios está con nosotros (Crónicas 20:15-17)  

Cuando las cosas se pongan difíciles, nuestra mejor forma de hacer guerra es obedecer  a Dios y alabar a nuestro Dios. Una alabanza en obediencia a Dios destruye los enemigos más inimaginables que tu y yo podamos enfrentar.

Obedeceremos a nuestros gobernantes y a nuestras autoridades siempre, pero solo hasta el punto límite en que ellas mismas contradigan a Dios y sus mandatos… desde ese punto mismo nuestra obediencia se regirá solo a Dios.

Por ejemplo debo denunciar que muchas seudocongragaciones están metiendo de manera irresponsable y grosera el mundo a la iglesia, negociando los principios bíblicos y los valores cristianos, este es el caso por solo mencionar uno entre muchos, de una de las líneas de la iglesia Presbiteriana, quien alineándose a los intereses de los enemigos del reino de Dios, han permitido el matrimonio igualitario, incluso entre sus mismos ministros que sirven en el altar. Los hermanos presbiterianos que verdaderamente aman la palabra de Dios, deben cuidar el buen nombre de su denominación haciendo ver, que son solo una parte rebelde los que han decidido levantarse en contra de Dios.

Así mismo la iglesia tradicional, ha implementado programas para ser “más inclusivos”, según ellos con todo este mover antinatural que se está haciendo cada vez más común, pero que nunca tendrá el privilegio que denota la palabra normal, pues va en contra de Dios y de la biología misma como lo enseña el libro de Romanos capítulo 1 desde el versículo 18 en adelante.

 Y no nos vayamos muy lejos, iglesias cristianas trinitarias, que también están menoscabando la instrucción de Dios, dando rienda suelta a sus carnalidades, y justificando de manera descarada, a tal punto de tergiversar la palabra de Dios para sus propios intereses.

En cambio, hoy quiero hacer notar a una familia del antiguo testamento, en la cual observamos algo demasiado importante e interesante, poco predicado, pero que trae unos principios de vida que ningún creyente que ama a Dios y tiene como prioridad honrarlo, debería desconocer.

Existieron unos hombres que no vieron un buen ejemplo en su padre, el cual era su autoridad inmediata, no solo como autoridad familiar, sino también como autoridad ministerial, pues toda esta familia de la cual hablaremos hoy, eran de la tribu de Leví, es decir, levitas que debían servir en el templo. Y a pesar de que el mal ejemplo de su padre, los autorizaba y los justificaba de alguna manera a actuar mal como él, ellos no lo hicieron y decidieron poner la autoridad de Dios, antes que la autoridad de su propio padre terrenal, quien era un rebelde en contra de Moisés, por tanto también de Dios.

En el libro de Número capítulo 16 el descendiente levita llamado Coré, junto a  sus amigos Datám y Abirán , que eran dos hermanos descendientes de Rubén el primogénito de Israel, (el cual recordemos que fue desechado como primogénito por irrespetar la autoridad de su padre Jacob (Israel) acostándose con Bilha, quien era una de sus concubinas) unidos en rebeldía estos tres, se levantaron contra Moisés quien fue la autoridad puesta por Dios a cargo del Éxodo del pueblo hebreo, a estos tres (Coré, Datám y Abirán) literalmente se los tragó la tierra muriendo con ellos sus hijos y nietos que estaban junto a ellos, entre ellos a 250 personas consumidas por el fuego para servir de escarmiento por su murmuración, rebeldía y desobediencia. Contra su líder Moisés, el siervo de Dios. Todos estos hijos, seguramente, contaminados con la rebeldía de sus padres. La rebeldía es contagiosa, cuidado. Si no te cuidas, te contaminas.

Sin embargo, en números 26:10-11 es interesante ver que los hijos de Coré el rebelde, no participaron de dicha revuelta orquestada por su propio padre, respetando así el liderazgo puesto por Dios en Moisés, y por ello no perecieron, y por el contrario para la historia ganaron mucho honor a través de los años por su obediencia y fidelidad, incluso en estos nuestros días, pues ellos:

 a) Continuaron sirviendo en el templo con la música y la adoración, esto es respaldado con los diferentes salmos que escribieron (Autor de la letra) y compusieron (Compositor de la melodía).

b) Ellos también fueron los interpretes que cantaban los salmos y al mismo tiempo eran los ejecutantes de los instrumentos con los que dirigían a todo el pueblo para adorar a Dios. Es decir eran los encargados de dirigir la alabanza en el templo de David y Salomón.

c) Los hijos de Coré también quedaron en la historia bíblica, registrando a través de los salmos preciosas oraciones cantadas 42, 44, 45, 46, 47, 48, 49, 84, 85, 87

d) Siglos después eran los encargados de guardar las puertas del templo según leemos en 1 Crónicas 9:19

e) Además leemos en el libro de 2 Crónicas 20 en el reinado de Josafat, uno de los mejores reyes del reino de Judá quien, por el respaldo de Dios, venció a una gran multitud de sus enemigos moabitas, amonitas y los del monte de Seir, por medio de las alabanzas y canticos espirituales que levantaron los hijos de Coré, utilizando los salmos que ellos mismos habían escrito, esto aproximadamente 4 siglos después de la rebelión de su padre. Estos hijos de Coré, eran verdaderos siervos usados por Dios. Tengamos en cuenta que, al hablar de los hijos de Coré, no solo estamos refiriéndonos a la primera línea de descendientes, sino también a todas las siguientes que fueron naciendo a lo largo de los años, es decir, nietos, bisnietos, etc…

Mi énfasis como tal en este mensaje no será la rebeldía de Coré, que ya mucho se ha predicado de ella, sino la posición que tomó su descendencia para guardar el lugar de honra al cual Dios les había llamado como tribu de Leví, con el propósito de que usted y yo también podamos entenderlo, aprenderlo y aplicarlo para nuestras propias vidas. Y para ello estudiaremos hoy todo el Salmo 44:

Liberaciones pasadas y pruebas presentes

Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.

44 Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos han contado,

La obra que hiciste en sus días, en los tiempos antiguos. (Los hijos de Coré comienzan haciendo un breve recorrido recordando las maravillas que Dios había hecho siglos atrás en diferentes tiempos por sus antecesores)

Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste.

Porque no se apoderaron de la tierra por su espada,

Ni su brazo los libró; Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro,

Porque te complaciste en ellos.

Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación a Jacob.

Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios.

Porque no confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará;

Pues tú nos has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los que nos aborrecían.

En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah

 

Aquí hay un Selah que significa una pausa, tal vez es un momento para meditar, y reflexionar o también puede ser algo que los que alguna vez  hemos escrito una triste canción o una carta de desahogo, posiblemente podamos entenderlo mucho mejor: Es un momento casi eterno, donde vienen pensamientos y recuerdos agridulces que se entrelazan y que quitan el ritmo de escritura a aquel escribiente. Y después de esta breve reflexión, cambia su dirección abruptamente: Un salmo que comienza con alabanza, júbilo y confianza, ahora son cambiados por reclamo, desesperanza y vergüenza:

 

Pero nos has desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros ejércitos.

10 Nos hiciste retroceder delante del enemigo, Y nos saquean para sí los que nos aborrecen.

11 Nos entregas como ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.

12 Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio.

13 Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio y por burla de los que nos rodean.

14 Nos pusiste por proverbio entre las naciones; Todos al vernos menean la cabeza.

15 Cada día mi vergüenza está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me cubre,

16 Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por razón del enemigo y del vengativo. 17 Todo esto nos ha venido, y NO NOS hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto. (Los hijos de Coré ponen de manifiesto su Integridad, obediencia y fidelidad)

18 No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de tus caminos nuestros pasos,

19 Para que nos quebrantases en el lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte.

20 Si nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado nuestras manos a dios ajeno,

21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.

22 Pero por causa de ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el matadero.

23 Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, no te alejes para siempre.

24 ¿Por qué escondes tu rostro, Y te olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra?

25 Porque nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo está postrado hasta la tierra. (Aquí vemos Humillación impuesta por los hombres y humillación delante Dios)

 

Pero a continuación, en el último versículo de este Salmo 44, hay un cambio de nuevo hacia la esperanza, y lo que debo resaltar es que esta esperanza no está sustentada en la oración de expresión de la integridad de quien está orando a través de este salmo, sino que recurre a lo que usted y yo hoy también debemos recurrir en estos tiempos malos: debemos recurrir y apelar a la misericordia de Dios:

 

26 Levántate para ayudarnos, Y redímenos por causa de tu misericordia.

 

Para mí el Salmo 85 es la continuación del Salmo 44

Pues además del salmo 44, los hijos de Coré terminan cantando un hermoso Salmo de esperanza y búsqueda permanente de la misericordia de Dios para todas las generaciones: El salmo 85

Súplica por la misericordia de Dios sobre Israel

Al músico principal. Salmo para los hijos de Coré.

85 Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob.

Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los pecados de ellos cubriste. Selah

Reprimiste todo tu enojo; Te apartaste del ardor de tu ira.

Restáuranos, oh Dios de nuestra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros.

¿Estarás enojado contra nosotros para siempre?¿Extenderás tu ira de generación en generación?

¿No volverás a darnos vida, Para que tu pueblo se regocije en ti?

Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, Y danos tu salvación.

Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura.

Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen,

Para que habite la gloria en nuestra tierra.

10 La misericordia y la verdad se encontraron; La justicia y la paz se besaron.

11 La verdad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos.

12 Jehová dará también el bien, Y nuestra tierra dará su fruto.

13 La justicia irá delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino.

 

10 La misericordia y la verdad se encontraron; (No puede aplicarse misericordia, si antes no se acepta y se reconoce la verdad)

La justicia y la paz se besaron. (La justicia y la paz son una matrimonio que no pueden separarse jamás, pues sin justicia no hay paz y sin paz no puede haber justicia)

11 La verdad brotará de la tierra, Y la justicia mirará desde los cielos. (Cristo después de morir por tres días ascendió desde las entrañas de la tierra y ahora su justicia la acerca desde los cielos, desde su trono. Cristo es nuestra justicia, pues Él se hizo justicia por nosotros. Jeremías 33:16)

12 Jehová dará también el bien, Y nuestra tierra dará su fruto. (El Padre celestial que es bueno se proveyó al Cordero. Cristo es nuestro bien de gracia más inmerecido y al mismo tiempo el más invaluable que tendremos por siempre, pues somos tierra que produce fruto, solo cuando su semilla está en nosotros)

13 La justicia irá delante de él, Y sus pasos nos pondrá por camino. (Solo Cristo es el camino, por el cual podemos transitar, para caminar justificados hacia el cielo, la misericordia eterna para los que en él esperamos)

 

El salmista David, también entendió que necesitaba de la misericordia de Dios Ten piedad de oh Dios, conforme a tu misericordia; · Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Salmo 51

En conclusión, solo nos queda recurrir a la misericordia de Dios, pues el camino de la obediencia es una consecuencia de los que hemos recibido y entendido de alguna manera, así sea superficial, la obra de amor de Dios para con nosotros. No obedecemos primeramente por lo que recibiremos en la obediencia, sino por lo que ya hemos recibido en el amor inmerecido que nos llegó de parte de Dios.

Lo que quiero decir con esto es que nuestra obediencia a Dios, no debe verse como una exigencia para recibir su amor, sino que debe verse y ser una consecuencia de nuestras vidas por haber recibido de Su amor inmerecido para nosotros.

La obediencia a nuestro Dios, a través de la historia, muchas veces ha llevado a la iglesia a tomar posiciones no muy populares, un ejemplo de ellas, es el circo romano, donde muchos cristianos murieron en la arena, antes de que de su boca saliera una renuncia a su fe en Jesús. La iglesia de este tiempo, no será la excepción, pues el mundo actual nos llevará a tomar posturas que no son muy populares entre los hombres.

10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte. Apocalipsis 2:10

 

Conclusión:

Nuestro Dios llamó a Coré como nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido, pero él se apartó en su rebeldía.

Dios escogió a los hijos de Coré como nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido, y ellos supieron dar el valor a ese precioso llamado como levitas en el pueblo de Israel.

Por la obra redentora y justificadora de Cristo Jesús en la cruz del calvario, Dios nos escogió a ti y a mí, a todos nosotros, a pesar de nuestro pasado que tal vez no nos llena de mucho orgullo, para hacernos parte de su cuerpo y su iglesia siendo para Él real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido y linaje escogido por medio de Él y para gloria de Él.

¿Cómo responderás hoy a Dios? ¿Cuál es tu respuesta en esta hora?

 

 

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