¿Cómo entregamos amor a aquel que no lo necesita?
O
¿De qué manera le entrego mi paciencia y comprensión a aquel que no hace "méritos desafortunados" para recibirlos?
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¿De qué manera extiendo mi mano, a aquel que no tiene luchas y dificultades en su vida?
La belleza de la familia, además de lo bonito que en sí tiene, también son sus imperfecciones, porque en ellas es que podemos ser y podemos hacer, y de esta manera crecer como individuos pero también como familia.
En las imperfecciones de nuestra familia, es que nosotros aprendemos a irnos perfeccionando, pero al mismo tiempo, ellos a su vez se van perfeccionando a sí mismos con mismos con nuestras propias imperfecciones, todos somos imperfectos.
En las imperfecciones de la familia, todos ganan... unos ganan paciencia mientras que el otro aprende de la prudencia para no cometer errores; otros desarrollan amor, mientras que la otra parte recibe misericordia y perdón.
En las imperfecciones de la familia, los unos aprenden a necesitar del otro, y a su vez ese otro aprende a ser compasivo entendiendo el zapato que el otro tiene en su pie y asumiendo una posición de ayuda a aquel que necesita de lo que solo él en cierto momento podría brindarle, pues siempre todos, siempre estaremos en la posicion de brindar y entregar, a veces amor, otras veces perdón, otras veces quizá solo un par de zapatos, incluso ya usados.
Lo que falta al uno en el hogar, el otro lo puede tener, y si ninguno lo tiene entonces juntos, lucharán por ello.
La imperfección de la familia no es algo malo o de lo cual debamos avergonzarnos, debemos ver la imperfección de la familia como la posibilidad de disfrutar el hecho de saber que en este crecimiento no estaremos nunca completos, y esta imperfección mi querido amigo, es donde está la verdadera esencia de la familia perfecta.
Bendiciones a tu vida y a tu familia, que gracias a Dios y a su misericordia, aun es imperfecta, porque allí es donde Dios toma espacio para dejar fluir Su perfección.
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