En uno de los mensajes, por parte de un hombre que decía ser profeta, al cual yo no conocía ni él a mí, comenzó a lanzar "flechazos" a los diferentes ministerios que suelen conformar una iglesia. Y como el ministerio de alabanza no era la excepción, me tomó a mí de último, a manera de plato fuerte, como suelen hacer con los ministerios de alabanza.
Después de varias frases acusatorias a los adoradores que servimos en todas las congregaciones desde la alabanza, me miró y con cierto aire de superioridad y una mirada desafiante y acusadora, dirigió su dedo hacia mí, mientras yo ministraba al Señor desde mi piano y me dijo:
- ¿Si yo tomara tu celular en este momento que encontraría?
Yo lo miré, y cómo también tenían un microfono sobre mi soporte le dije:
- Pastor si gusta puede tomar mi celular y revisar. Mientras eso, yo voy mirando el suyo.
Dicho profeta, cambió de tema, y reenfocó su mensaje.
PD: No quiso dejar revisar su propio celular.
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