Observé montarse a dos señoras en el bus, ambas con la intención evidente de tomar la última silla disponible en el bus mientras que otros dos o tres pasajeros ibamos tranquilamente aún de pie.
Obviamente solo una de las señoras pudo sentarse, mientras que la otra frunció el ceño e hizo mala cara durante todo el viaje.
Esta experiencia me trajo a memoria la siguiente historia:
Dos hombres que iban en sentido contrario tropezaron entre sí involuntariamente, de manera inmediata el mas alto golpea al otro sin mediar palabra, pero el hombre bajo no se defiende.
Así que el agresor golpea por segunda vez mientras le pregunta de manera desafiante:
-¿Acaso no piensas defenderte?
El hombre de manera calmada le dice:
-No tranquilo, estoy bien. No se preocupe-
El hombre agresivo toma de su camisa por el pecho al pacifico hombre mientras levanta la mano una vez más amenazandole vociferante de darle "gratuitamente otro golpe"...
Pero con una voz pausada y tranquila el hombre agredido le dice:
-No será necesario que me defienda, de hecho he recibido golpes mucho mas fuertes y aún así no me he vengado.
El agresivo hombre descarga el tercer golpe con mayor furia a tal grado que el pequeño hombre cae el piso aparatosamente, ya que el agresor piensa que están menospreciando su fuerza física y capacidad de luchador
Hay un momento de silencio muy tensionante en dicha escena, pero solo se rompe con la agresiva voz del violento mientras recrimina:
-¿Haber si de éste si te defiendes?
Pero aquel hombre aún desde el suelo respondió:
-Aunque me golpeares con toda tu fuerza no superarás jamás otros golpes que he tenido que recibir... golpes del alma...los cuales también he aprendido a perdonar.
El hombre violento totalmente desconcertado por la actitud tranquila y la respuesta de aquel a quien quería hacer su enemigo, amenaza nuevamente al levantar su pie en busca de patear al hombre indefenso en el piso... pero... una vez mas se escucha aquella apacible voz del hombre agredido:
-Te repito, yo soy el único responsable de velar por mi propia paz y por conservar mi corazón guardado de todo enojo y resentimiento, no hay golpe que me haga cambiar de mi posición, incluso antes de que llegues a golpearme otra vez yo ya he decidido perdonarte...
El semblante del agresivo hombre cambió de manera drástica por un rostro arrepentido y confrontado, mientras extendía su mano para levantar al hombre a quien había agredido y le daba con una voz entrecortada las gracias por el perdón inmerecido que acababa de recibir y por la lección de vida que había recibido de este desconocido para toda su vida...
Retomando la historia de la señora del bus, aunque tuvo en su vida el "tropiezo" de encontrarse con alguien que le "quitó" la silla, ella pudo haber realizado su viaje de manera tranquila sin que aquella insignificante situación le afectara. Pero no, ella mantuvo su ceño fruncido y sus cachetes inflados durante todo aquel recorrido por esa hermosa ciudad.
Muchos de los enojos, resentimientos y rencores nos dañan de tal manera que nos perdemos del hermoso viaje de la vida, dejamos de disfrutar de las cosas agradables que tenemos a nuestro derredor durante el camino, mientras que las personas con las que estás enojadas no les importa o lo que es peor, ni siquiera saben de la amargura que llevas contra ellas, y no digo que la amargura que llevas es por culpa de estas personas porque realmente quien decide enojarse y amargarse eres tu mismo, por lo mucho o lo poco que otros hagan para generarte dicho mal...
...solo tu eres responsable de conservar tu paz interior y de otorgar el perdón para otros, siendo tu el primer y principal beneficiado.
Nunca olvides ésto:
EL RENCOR ES UN VENENO QUE TU TE TOMAS ESPERANDO QUE SEA EL OTRO EL QUE MUERA
Así que disfruta este viaje al máximo, y no dejes que se amargue tu vida. Recuerda que a este "bus" solo nos montamos por un ratico mientras llegamos a nuestro verdadero destino. Solo de ti depende que tan agradable sea tu viaje. Y perdemos disfrutar del recorrido por cosas insignificantes que nos representan una comodidad temporal como nos lo representa una simple silla de bus en la historia que acabamos de leer...Recuerda: En algún momento todos debemos bajarnos del bus y dejar aquellas "sillas" para otros, las sillas por las que tanto nos matamos y perdimos seres valiosos y tiempos valiosos. Recuerda que las sillas finalmente no son de nosotros ya que al bajarnos del bus, las sillas se quedan en él, quiero decir con esto, que al bajarnos de esta vida, todo se queda acá, absolutamente todo. No pierdas lo màs valioso, lo más importante, lo que realmente vale la pena por buscar aquello que es efímero.
PD: Sobre toda cosa guardada guarda tu corazón porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23
Así que te invito a perdonar en todo momento y a COMPARTIR este mensaje con tus hermanos,amigos y familiares para que ellos también disfruten del recorrido de la vida teniendo un viaje tranquilo y liviano!!!
Dios te bendiga!!!
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