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Anderson Posada Ministerio Adorando en Su Presencia

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Llevando mucho fruto (Predicación)

 



LLEVANDO MUCHO FRUTO




Si la conversión de Farruco es real, sincera y/o genuina, eso no lo podemos saber ni usted ni yo.
Lo que sí debemos saber usted y yo, es que cuando alguien dice aceptar al Señor y decidir públicamente en seguirle, nosotros como creyentes en Cristo, debemos alegrarnos por ese paso de esa persona, seguir orando por ella y por otros, y en especial, jamás cuestionar si su conversión es real o no. Solo el Espíritu Santo sabe la obra que está haciendo en cada corazón.
Y es verdad que, por los frutos serán conocidos los que realmente viven en el espíritu, y debemos evaluar para no imitar lo incorrecto, pero también es muy cierto, especialmente, cuando Jesús nos enseñó a mirarnos y evaluarnos nosotros mismos ante Dios, permitiendo que el Espíritu Santo siga actuando en nosotros, y esto se hace posible cuando trabajamos en nuestras propias vidas. Y esta introspección, o reflexión personal profunda, solo será efectiva cuando nos concentremos en la viga que hay en nuestro propio ojo, y dejemos de darle tanta importancia a la paja que está en el ojo de los demás.
No juzguéis, para que no seáis juzgados. 2 Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. 3 ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 4 ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? 5 ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Mateo 7:1-6 Lucas 6:37-38, 41-42
1) Lo primero que quiero resaltar es que como creyentes, debemos alegrarnos en los nuevos hermanos que se convierten a Cristo, no somos jueces, solo somos hermanos que también dimos el paso de buscar a Dios en nuestras vidas, PORQUE RECONOCEMOS QUE LE NECESITAMOS, y sabemos que no es tan fácil. No caigamos en el error del hermano mayor en la parábola del hijo pródigo, quien molesto, cuestionó el regreso de su hermano menor, y además cuestionó al dueño de la casa, a su propio padre. Sí, cuando cuestionas la llegada de un nuevo creyente, no estás cuestionando a este creyente, sino al poder y la obra del Padre celestial. Si tú lo cuestionas, tal vez tu dios sea un dios bastante pequeño, y no el Dios verdadero que crea y puede volver a hacer nuevas criaturas.
28 Entonces el hermano mayor se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase.
Diciéndole a su hijo mayor: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. (Lucas 15:28, 32)
2) Lo segundo que quiero resaltar es que la forma en la que se evidencia el fruto, es en el beneficio que ofrecemos a otros. Todos los frutos terminan en el prójimo, quiero decir con esto en que, un árbol de mangos, no produce fruto para sí mismo, sino para que otro lo pueda comer.  O sea, que todos los frutos del Espíritu Santo, si bien son formados en  nosotros para gloria de Dios y para nuestra propia edificación, realmente tienen su cumplimiento al ser entregados a otros a modo de testimonio, al ser dirigidos hacia el otro:
Amor hacia el otro
Gozo para contagiar el otro
Paciencia con el otro
Templanza para testimonio del otro
Bondad para con el otro
Mansedumbre para con el otro
Fe para que el otro sea retado en nuestra forma de ver a Dios
Perseverancia en nuestra vida cristiana que impulse a otros a permanecer, también
Modestia que honre a Dios y no sea estorbo para el otro.
 
3) La obra que Dios inició en usted, también la está desarrollando en otros, y es necesario que ellos y usted llevemos mucho fruto, porque el fruto define al árbol.
 
1.- Amor: Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno “el amor al prójimo” que nos enseña Jesús.
2.- Gozo: Es una emoción intensa y placentera causada por algo que gusta mucho “el gozo de la fe”.
3.- Paz: Es vivir en armonía, respetar al otro, ausencia de agresión.
4.- Paciencia: Es la actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para conseguir algún bien.
5.- Benignidad-Amabilidad: La benignidad en la biblia se refiere a un comportamiento ejemplar de todo cristiano, proclamando gracia, ternura y compasión.
 
6.- Bondad: Cualidad humana. Consiste en la inclinación a realizar el bien y evitar el mal.
7.- Fe- Permanecer en Fidelidad:
8.- Mansedumbre-Humildad: Es el proceso interno por medio del cual la persona vive en paz.
9.- Templanza- Dominio propio:
Quiero que entendamos hoy el fruto del Espíritu Santo en nosotros, como aquel resultado de su transformación en nuestras vidas, fruto este, que da gloria y alabanza a nuestro Dios por lo que está haciendo en nosotros como creyentes, fruto este, que da testimonio al prójimo, tanto al creyente para que le ayuda a afirmar su fe, como también al no creyente, para que le genere la expectativa y la necesidad de conocer a Dios también. Y finalmente, para que este fruto en nosotros nos siga transformando al carácter de Cristo, donde nosotros somos los primeros  beneficiados y bendecidos por el actuar y transformación de de Dios, a través de nuestra fe.
 



El fruto del Espíritu Santo son en realidad las 9 virtudes o manifestaciones perceptibles de que Dios está obrando en la vida y corazón de una persona. El fruto del Espíritu Santo, es en sí, el carácter de Jesús en nuestras propias vidas:
Y hoy veremos que  Jesús mismo fue el reflejo perfecto del fruto del Espíritu Santo, y esto lo veremos a través de los siguientes pasajes:
 

I)
Amor: Juan 15:12 ¿Qué dice Juan 15 12-14

12 Este es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os he amado. 13 Nadie tiene mayor amor que este, que uno aponga su vida por sus amigos. 14 Vosotros sois mis amigos si hacéis las cosas que yo os mando.
Y en Efesios 5:1-2 dice
Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.

II) 
Gozo: Lucas 10:21


En aquella misma hora Jesús se regocijó mucho en el Espíritu Santo, y dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a sabios y a inteligentes, y las revelaste a niños. Sí, Padre, porque así fue de tu agrado.
Y si leemos unos pocos versículos antes, vemos que Jesús se regocijó, porque habían llegado los 70 enviados de predicar las buenas nuevas. Y Jesús hace un énfasis que ninguno de los creyentes debemos pasar por alto:
 
Pero no se regocijen de que los espíritus se les sujetan, sino regocíjense de que sus nombres están escritos en los cielos. Lucas 10:20
El gozo del creyente va más allá de lo que podemos hacer en nuestra posición de hijos, lo realmente importante es nuestro estado de hijos de Dios. Los 70 enviados se gozaron porque los demonios se les sujetaban, y si bien esto es importante y muy valioso, lo que realmente nos asegura el gozo ¡es que estamos escritos en el libro de la vida!

III) 
Paz Juan 14:27 nos dice:


La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden. 
Aquí el Señor nos está hablando de una paz interior, no circunstancial, ni alcanzable por méritos propios. ¡Es la paz del Espíritu Santo! La que sobrepasa todo entendimiento.
El Señor Jesús también nos dice en Juan 16:33:
Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.
Ahora, esta paz debe expresarse hacia otros también, leamos:
Dichosos los que trabajan por la paz,
porque serán llamados hijos de Dios. (Mateo 5:9)
También en Efesios 4:3
Esfuércense por mantener la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.
¿Y por qué guardar la paz? Porque el libro de Hebreos nos enseña algo muy valioso:
Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Esto quiere decir, que para yo ver al Señor, debo ser santo, y que para ser santo, debo guardar la paz de Cristo en mí, para con los demás. ¿Alguien te quita la paz hoy? Te invito a reconsiderarte porque la paz de Cristo, somos nosotros mismos los que permitimos que gobierne y obre en nosotros, lo dijo el apóstol Pablo en Colosenses 3:15:
Que gobierne en sus corazones la paz de Cristo, a la cual fueron llamados en un solo cuerpo. Y sean agradecidos.
 El agradecimiento está estrechamente ligado a la paz. Cuando no agradecemos podemos perder fácilmente la paz, esto debido a que un corazón desagradecido nunca va a estar satisfecho, y un corazón insatisfecho nunca podrá obtener la paz. Por seamos agradecidos, y tendremos paz.

IV) 
Paciencia: Romanos 15:5


5 Pero el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros que seáis unánimes según Cristo Jesús, 6 para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. 7 Por tanto, aceptaos los unos a los otros, como también Cristo nos aceptó, para gloria de Dios.
Según escribió el señor  Dieter F. Uchtdorf,  “…la paciencia no es ni una resignación pasiva, ni es dejar de actuar por causa de nuestros temores. Ser paciente significa esperar y perseverar de forma activa. Significa persistir en algo… incluso cuando los deseos de nuestro corazón se ven demorados. ¡La paciencia no es simplemente sobrellevar las cosas, sino hacerlo bien!”.
El mismo libro de Romanos 12:12 nos invita, diciendo
Alégrense en la esperanza, muestren paciencia en el sufrimiento, perseveren en la oración.
 

V) 
Benignidad:


 Jesús era conocido por ser amable con los demás, era empático y considerado. El vocablo que usó Pablo para la palabra benignidad es khrestotes que significa ser útil y servicial para con aquel que lo necesita. Jesús dijo en Mateo 11:28:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Y además de mostrar su benignidad hacia el corazón del hombre enseñándoles como lo relata Marcos 6:34
Al bajarse de la barca, él vio una gran multitud y se conmovió profundamente, porque eran como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles muchas cosas…
Fue benigno y les sanó  como lo leemos en (Mateo 14:14) Cuando llegó a la orilla, vio una gran multitud y, profundamente conmovido, curó a los que estaban enfermos…
,y también les dio de comer cuando tuvieron hambre (Mateo 15:32, 37)  Entonces, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: “Me conmueve profundamente ver a esta multitud, porque ya llevan tres días conmigo y no tienen nada que comer. No quiero mandarlos de vuelta con hambre, no sea que se desmayen por el camino… Y todos comieron y quedaron satisfechos.

VI) 
Bondad: En Tito 2:14 leemos acerca de Jesús:


Él se entregó por nosotros para rescatarnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo elegido, dedicado a hacer el bien.
Y por instrucción de Jesús, leemos en Mateo 5:16 Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.

VII) Fe: 
Jesús creció, y como cualquier otro ser humano, tuvo que crecer en una fe profunda hacia el Padre. En Juan 10:18, declaró:
Nadie me quita la vida, sino que yo la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre.
En Lucas 22:42 también dice mientras está orando en el Monte de los Olivos, unas pocas horas antes de ser crucificado
Padre, si es tu voluntad, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
La palabra de Dios nos dice que Jesús fue probado por el diablo en el desierto, y lo venció por la convicción de la obra para la cual había sido enviado por el Padre celestial.
Hebreos 4:15 nos dice que Jesús fue tentado en todo: Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado
Porque ,
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” Gálatas 2:20.

VIII) 
Mansedumbre: Jesús dijo en Mateo 11:29 


Tomad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y HALLAREIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS.
Además esto ya estaba profetizado hace mucho tiempo atrás en libro de Zacarías 9:9:
Regocíjate sobremanera, hija de Sion. Da voces de júbilo, hija de Jerusalén. He aquí, tu rey viene a ti, justo y dotado de salvación, HUMILDE, montado en un asno, en un pollino, hijo de asna.
Por eso el mismo Mateo confirma esta palabra en el capítulo 21:4-5, hablando de la condición humilde y mansa en la que Jesús entró a Jerusalén:
Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta, cuando dijo: DECID A LA HIJA DE SION: ``MIRA, TU REY VIENE A TI, HUMILDE Y MONTADO EN UN ASNA, Y EN UN POLLINO, HIJO DE BESTIA DE CARGA.

IX) 
Templanza: 


Jesús mostró su templanza y dominio propio, cuando no cedió a las tentaciones del diablo en el desierto. Jesús mostró templanza cuando no huyó del propósito de crucifixión, aún en medio de la angustia en el monte de los Olivos.

CONCLUSIÓN

Y no puedo terminar este mensaje, sin mencionar en este fruto del Espíritu Santo, al apóstol Pedro, quien en diferentes ocasiones mostró la falte de dominio propio, por ejemplo, cuando cortó la oreja a Malco, el siervo del sumo sacerdote.
Pedro muchos años después de haber permitido al Espíritu Santo obrar en él, de manera admirable escribe, mostrando así su increíble transformación en él:
Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.
El fruto del Espíritu comienza en el amor, y el dominio propio nos vuelve a llevar al amor.
Que nuestro mal carácter no le corte la oreja a Malco, y sea esto una causal de que por nuestro testimonio, algunos Malcos que nos conocen, no escuchen nunca de Cristo porque “nosotros le cortamos la oreja”.
Espíritu Santo, produce tu fruto en nosotros…
 
Oremos…

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