En lo que no creo, es en quienes dicen ser profetas, y andan profetizando a nombre de Dios: casas, carros y becas; a una iglesia que lo que necesita es arrepentimiento, pero que no quiere saber nada de la santidad y el servicio a Dios, y qué decir de la obediencia. Solo quieren la prvisión de Dios
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