MEFIBOSETS EN GRACIA:
Mefi-Boset: Signífica «el que destruye la vergüenza» (esto es, los ídolos).
(Mefi-Baal)
2 Samuel 4:4
4 Y Jonatán hijo de Saúl tenía un hijo lisiado de los
pies. Tenía cinco años de edad cuando llegó de Jezreel la noticia de la
muerte de Saúl y de Jonatán, y su nodriza le tomó y huyó; y mientras iba
huyendo apresuradamente, se le cayó el niño y quedó cojo. Su nombre era
Mefi-boset.
La primera
vez que apareció este nombre, fue para contarnos una tragedia. Mefiboset era
hijo de Jonatán, el mejor amigo del rey David. Después de la muerte de
Jonatán, David se hizo cargo de Mefiboset. Fue un hombre lisiado de ambas
piernas el cual vivió de manera humilde y abnegada, renunciando incluso a su
propia herencia.
Aunque la biblia
registra a dos Mefiboset, uno de ellos, que es el menos conocido, era hijo
directo del rey Saúl con Rizpa, quien era su concubina.
El otro era
el Mefiboset, hijo directo de Jonatán, quien era el mejor amigo de David.
Cuando
Mefiboset tenía tan solo cinco años de edad sufrió un terrible accidente, pues
cuando se escuchó que su padre Jonatán y su abuelo Saúl habían muerto en
batalla, su nodriza (niñera) lo cargó para tratar de huir con él por temor a
que le quitaran la vida por el hecho de ser uno de los herederos del trono.
La
herencia, que en un principio era de bendición, pues lo hacía príncipe del
reino, fue la causante del terror que llevó a este pequeño de cinco años a
quedar lisiado de pies por el resto de su vida, esto bajo un trágico accidente mientras
trataban de guardar su vida. Pero como veremos más adelante, el hecho de ser
heredero, le dio gracia delante del rey David, quien lo invitó a participar de
su mesa por el resto de sus días, esto no solo por tener sangre de rey, sino
que de manera especial por el simple hecho de tener sangre de su amigo Jonatán.
Canción El Rey te mandó a llamar |
La historia de Mefiboset | De Lodebar a la mesa del Rey
https://www.youtube.com/watch?v=kfwZXvvIAz8
1) ERES IMPORTANTE PARA DIOS:
Bondad de
David hacia Mefi-boset
9 Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo
misericordia por amor de Jonatán? 2 Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba
Siba, al cual llamaron para que viniese a David. Y el rey le dijo: ¿Eres tú
Siba? Y él respondió: Tu siervo. 3 El rey le dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de
Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aún ha
quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies. 4 Entonces el rey le
preguntó: ¿Dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir
hijo de Amiel, en Lodebar.
El significado bíblico de
Lodebar es dolor, miseria, tristeza, oscuridad, soledad y
desesperanza, un estado espiritual de los despojados de fe, de aquellos que han
perdido toda esperanza. Territorialmente hablando Lodebar es una tierra bíblica en Galaad muy cercana al Mar de
Galilea, también se hace referencia a ella con el nombre de Debir, este
era un lugar sin condiciones para vivir dignamente o humanamente.
Era
severamente árida, por tanto
era impensable que diera frutos o que se pudiera criar animales, un lugar
inhóspito que servía de refugio a los marginados de la sociedad, los lisiados,
los perseguidos, los que habían perdido todos sus bienes, para quienes ya no podían
aspirar a un futuro prometedor.
¿De alguna manera te identificas haber estado así en algún momento de tu
vida?
El rey no
se ha olvidado de ti por amor de Su Hijo Jesucristo, el cual te hace aceptado delante
de Dios Padre. ¿Sabes que si aceptaste a Jesús en tu corazón, él te acerca hoy
a la mesa a cenar con el rey?
2) TU ACTITUD, MÁS QUE TU APTITUD, DETERMINARÁ LA RESPUESTA QUE DARÁS A
LA INVITACIÓN DEL REY.
5 Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de
Maquir hijo de Amiel, de Lodebar. 6 Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a
David, y se postró sobre su rostro e hizo reverencia.
El rey te mandó a llamar hoy. ¿Cuál es tu respuesta y tu actitud a este
llamado que hoy estás recibiendo?
3) CUANDO DE VERDAD LE CREES A DIOS, EMPIEZAS A VER LOS MILAGROS EN TU
VIDA.
Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He aquí tu siervo. 7 Y le dijo David: No
tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de
Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de Saúl tu padre; y tú
comerás siempre a mi mesa.
Hoy Dios te restituye todo aquello que creíste haber perdido. ¿Le crees y
estás dispuesto realmente a recibirlo?
4) ¿PONES DELANTE DE LA INVITACIÓN DEL REY LA PERCEPCIÓN QUE TIENES DE TI
MISMO O LA CONDICIÓN DE INVITADO AMADO QUE EL REY TE ESTÁ ENTREGANDO EL DÍA DE
HOY?
8 Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que
mires a un perro muerto como yo?
Hay dos extremos de aquellos que no creen a la invitación que el rey les
hace:
a) Unos no tienen reverencia hacia quien les ha invitado a habitar en su
casa y lo desprecian como nos lo enseña Jesús en la parábola de Lucas 14:15-24.
b) Por otro lado, otros no dan crédito a las palabras de gracia, amor y
misericordia que reciben del rey soberano. Se les hace difícil recibir el amor
y la benevolencia de Dios, más aún cuando sienten que han sufrido mucho y se
han sentido solos durante tanto tiempo.
Se siente como un despreciable animal, y aparte de despreciable, como si
hubiera riesgo de algo más de valor en ese perro, se sienten como perro muerto;
sienten que no puede haber un rey con corazón tan grande y tan generoso.
Romanos 8:32 dice:
aEl que no escatimó ni a su
propio Hijo, sino que le entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también
con él btodas las cosas?
Sin embargo, aunque no debemos hacer mérito alguno para ser invitados a
la mesa del Rey, el hecho de haber sido invitados a este lugar de honor, nos
compromete y obliga a comportarnos con respeto y dignidad hacia ese Rey que nos
considera en su mesa.
5) YA RECIBISTE LA INVITACIÓN. TE VAS A SENTAR EN LA MESA
PARA RECIBIR LO QUE EL REY TE COMPARTIRÁ EN SU MESA REAL.
9 Entonces el rey llamó a Siba siervo de Saúl, y le
dijo: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu
señor. 10 Tú,
pues, le labrarás las tierras, tú con tus hijos y tus siervos, y almacenarás
los frutos, para que el hijo de tu señor tenga pan para comer; pero Mefi-boset
el hijo de tu señor comerá siempre a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y
veinte siervos. 11 Y
respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha mandado mi señor el rey a su
siervo, así lo hará tu siervo. Mefi-boset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como
uno de los hijos del rey. 12 Y
tenía Mefi-boset un hijo pequeño, que se llamaba Micaía. Y toda la familia de
la casa de Siba eran siervos de Mefi-boset. 13 Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía
siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
A veces desconfiamos de las promesas de Dios, porque hemos sido
lastimados en medio de circunstancias adversas y de traiciones.
Por ejemplo si leemos 2 de Samuel 16 y 19 vemos que cuando Absalón se
levantó contra su padre el Rey David, Mefiboset fue traicionado también,
incluso por su siervo Siba y aún Mefiboset siendo inocente, fue obligado a
compartir su herencia con el traidor.
Sin embargo en 2 de Samuel 19:39 vemos el corazón sano de Mefiboset, el
cual sin importarle renunciar a la herencia que le pertenecía, su único interés
fue el bienestar del rey David y el poderle ser leal al rey David. Mefiboset
supo que la gracia que el rey le daba era todo lo que necesitaba y ninguna
riqueza, posesión, ni posición superaría el beneficio de ser llamado a sentarse
en la mesa del rey. Mefi-Boset tuvo un hijo llamado Micaía (Quién es como
Jehová)
El Rey David es una representación (Tipo) de Cristo, y proyecta la misericordia que nuestro Dios y Salvador tendría hacia nosotros los seres humanos que hemos caído en pecado y rebelión desde Adán hasta nuestros días. Así como el Rey Saúl y su descendencia debieron desaparecer por haber sido enemigos declarados del Rey David, mientras este fue Rey. El pecado nos ha dejado lejos, lisiados y sin poder caminar en nuestra vida, pero Dios Padre a través de Jesús nos hace misericordia sin nosotros merecerlo. De alguna manerqa David tenía un compromiso con Mefi-Boset por atención a su amigo y cuñado Jonatán, en cambio Cristo sin nosotros merecerlo y sin él estar obligado, hoy nos ha llamado a su mesa para compartir y comer con él.
¡Comamos confiados y agradecidos con nuestro Rey en su mesa!
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